Hoy en día nadie discute que las universidades son uno de los principales actores en la generación de conocimiento y tecnología. Las buenas prácticas a nivel internacional y las políticas públicas han impulsado a las universidades chilenas a dedicar cada vez mayor atención y esfuerzos a que este conocimiento sea aplicado hacia la solución de problemáticas del medio socio productivo, cumpliendo con así con su misión de vincularse con su entorno y generando con ello un impacto positivo en la sociedad. Según estadísticas del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial de Chile INAPI, el 35,2% de las solicitudes de patentes PCT realizadas en INAPI como oficina receptora desde al año 2014, fueron realizadas por Universidades.
Los derechos de propiedad intelectual son clave para que los resultados de investigación puedan ser efectivamente transferidos, dado que permiten compartir los resultados para el avance de la ciencia y tecnología y al mismo tiempo resguardan para los inventores la posibilidad de obtener una retribución por ellos, reconociendo así el trabajo que estos realizan.
Así, los derechos de propiedad intelectual e industrial, en sus diversas formas -ya sean patentes de invención, modelos de utilidad, diseños y dibujos industriales, marcas o derechos de autor- se constituyen en activos intangibles que pueden llegar a ser de alto valor para las organizaciones si son adecuadamente gestionados. No obstante, la obtención de un derecho de propiedad intelectual no es un fin o un resultado en sí mismo, sino que es un elemento más en la definición estratégica de cómo un resultado de investigación puede transformarse en una propuesta de valor atractiva para llegar a la sociedad y el mercado.
El 26 de abril se celebra el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, oportunidad en la que reconocemos la importancia que ésta tiene en el fomento a la innovación y el emprendimiento; y en particular para los centros generadores de conocimiento como la Universidad, en la transferencia tecnológica, a través del licenciamiento de desarrollos protegidos a empresas establecidas, o la generación de nuevas empresas de base científico-tecnológica.
En los últimos 10 años se han sentado las bases y se ha puesto estos temas en la agenda país, sin embargo, aún falta mucho por avanzar. Según INAPI, en la última década sólo el 13,74% de las solicitudes de patentes de invención en Chile fueron realizadas por residentes, lo que nos demuestra que, en el contexto internacional, nuestra participación es aún moderada y tenemos mucho camino por delante. La apuesta es a largo plazo, pero vale la pena hacerla, para estimular la transformación de conocimiento académico en beneficio público y productivo para nuestro país, y la puesta en valor de la ciencia de alto nivel que aquí se desarrolla.
Dr. Germán Rehren Schweppe
Director Departamento de Desarrollo e Innovación
Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo y Creación Artística
Universidad Austral de Chile