Esta semana se probó un sistema que renueva el aire en espacios cerrados, mediante una tecnología innovadora desarrollada para la Universidad Austral de Chile. La renovación del aire y el número de personas por metro cuadrado son dos factores que determinan la calidad de aire interior, uno de los frentes prioritarios en que se encuentra trabajando la Dirección de Servicios de la UACh para ofrecer las mejores condiciones a funcionarios, académicos y estudiantes en los campus universitarios, en el marco del retorno gradual a actividades presenciales.
El dispositivo incluye un sensor que va registrando los niveles de dióxido de carbono (CO2) —gas que como seres humanos exhalamos— y cuando detecta 700 PPM (o el indicador que defina el usuario) activa extractores de aire que permiten su renovación. Este dispositivo está asociado a un equipo de telemetría que, además de registrar los indicadores, permite su manejo remoto.
Contar con un equipo de estas características en cada sala de clases es una medida que resguarda la seguridad de los espacios en el contexto del retorno gradual. En ese sentido, el Director de Servicios, Pablo Ojeda, destacó: “Hemos ido tomando todas las medidas que se necesitan para dar confianza a nuestra comunidad universitaria en cuanto a que los espacios que se van a ir ocupando reúnen las condiciones sanitarias y de confortabilidad que se requieren”.
Para el Vicerrector de Gestión Económica y Administrativa, Dr. Felipe Zúñiga, esta iniciativa que está implementando la UACh tiene un impacto directo en la calidad de la educación al brindar condiciones de confort que favorecen el desempeño académico y el bienestar general de estudiantes y usuarios. Junto con ello, expresó: “Esto va a tener un impacto positivo en toda la educación en Valdivia, no sólo a nivel universitario. Es una oportunidad para apoyar a la comunidad con retroalimentación acerca de algo tan fundamental como los niveles de oxigenación en espacios cerrados”.
La prueba se realizó en la sala 204 del edificio Nahmías y contó con la participación del Director de Servicios, el Jefe de Servicios Generales, Alejandro Ovando, funcionarios de la Dirección de Tecnologías de la Información y representantes de la empresa encomendada para desarrollar el prototipo. Para activar el sistema, se lanzó al ambiente una descarga de 1000 PPM de CO2 desde un estanque, lo que permitió evaluar la activación de los extractores y el nivel de ruido que éstos generan.
Dotar a las salas de clases y otros espacios cerrados con la tecnología descrita, además de resguardar la renovación del aire, aspecto fundamental en el contexto de la pandemia de COVID-19, es necesario para tener los verificadores de renovación de aire que se requieren para las eventuales fiscalizaciones que realiza el Ministerio de Salud.
Por otro parte y como un plus del sistema, se espera incluir un sensor de temperatura que medirá este indicador en las salas de clases, sumándose al sistema automatizado que ya existe para medir la temperatura en algunos edificios.