Durante todo el año, el área de Educación Patrimonial de la Dirección Museológica de la Universidad Austral de Chile ha llevado a cabo distintas iniciativas ya sea de manera virtual y/o presencial con variadas comunidades educativas y ciudadanas de las regiones de Los Ríos y de Los Lagos. Una de las más recientes fue “Cajas Vacías”, iniciativa desarrollada junto a un grupo de internos del Centro de Educación y Trabajo de Gendarmería en Valdivia.
“Cajas Vacías” es un proyecto internacional de Samp/ALAS que surge en 2010 y cuyo objetivo estaba enfocado en acercar el patrimonio cultural a niños y niñas con un acceso limitado a la cultura. Esta propuesta se ha ido modificando durante los años e implementando en diversas comunidades más allá del público escolar, así lo explicó la coordinadora del Área de Educación Patrimonial de la Dirección Museológica, Carolina Maturana. “Consideramos necesario extender nuestra vocación y servicios a todas las comunidades que forman parte de la región, siendo crucial el desarrollo de métodos significativos que acerquen el patrimonio en todas sus formas y sentidos, siendo justamente aquí donde destaca ‘Cajas Vacías’ como una iniciativa aplicable a diversos públicos y comunidades”, aclaró.
Si bien esta propuesta de educación patrimonial se había desarrollado casi exclusivamente junto a comunidades escolares, hoy cruza esas fronteras fomentando en el rescate de elementos materiales que tienen relación con la historia de los participantes y el territorio en el cual se encuentran inmersos. La metodología mantiene ciertos aspectos iniciales, pero ha incorporado elementos que apuntan al bienestar personal y social desde el conocimiento, puesta en valor y promoción del patrimonio común. “Buscamos acortar las distancias entre los museos y el público con el que trabajamos al acercar los objetos a las comunidades e integrar sus memorias personales a los relatos patrimoniales colectivos”, indicó Maturana.
¿Cómo funciona la metodología de Cajas Vacías?
Situados en el espacio cotidiano de las y los participantes se realizan dos sesiones de una hora y media cada una (tres horas en total). En la primera sesión, a través de un conjunto de colecciones patrimoniales se describe la trayectoria histórica y cultural de la Región de Los Ríos, creando un espacio de diálogo donde las y los asistentes conversan con una línea de tiempo caracterizada por objetos y problematizan la posibilidad de incorporar sus memorias en las referencias patrimoniales comunes. En una segunda sesión, las y los asistentes presentan un objeto significativo al grupo e incorporan dichas referencias a la línea de tiempo común, describiendo así el origen y relación de su objeto con su experiencia vital y familiar, compartiendo sus relatos con el grupo en una historia colectiva.
Retomando el trabajo en terreno
Desde el inicio de la pandemia los museos de la UACh han mantenido sus actividades casi 100% de manera virtual, ofreciendo guiados en línea por sus museos, charlas, exposiciones, talleres y otras iniciativas. Sin embargo, a finales de este año y enmarcada en la conmemoración del centenario de Paulo Freire, una de las primeras actividades en terreno fue Cajas Vacías, desarrollada junto a un grupo de internos del Centro de Educación y Trabajo de Gendarmería en Valdivia. Allí, a través de dos sesiones se buscó desde el museo contribuir a la equidad y al encuentro, por medio de una metodología de trabajo donde a partir de una selección de objetos, escogidos especialmente para esta actividad y que forman parte de la colección permanente de la Dirección Museológica de la Universidad Austral de Chile, se mostraba la diversidad de actores culturales y políticos de la región desde lo sensible, desde la curiosidad, mostrando la provocación y la referencia cultural presente en ellos.
En este caso, Cajas Vacías debía traspasar las barreras propias de un ambiente de reclusión, donde se vuelve más difícil el acceso a objetos significativos, que permiten crear ese lazo entre los participantes. “Ellos están en un lugar de reclusión, lo que hacía más difícil poder contar con ese elemento significativo y poder adentrarnos en esa reflexión que no está presente por el exceso de conductismo que abunda en lo que es la inserción pensada desde la mirada policial. Sin embargo, y pese a este factor en contra, tuvimos una excelente participación e interés en conocer más sobre la historia tras los objetos que llevamos y con los cuales formamos una línea del tiempo. Creo que logramos conectar y darnos cuenta del elemento en común que todos tenemos, la memoria”, manifestó Maturana.
Por su parte, la arqueóloga Leonor Adán, Doctora en Historia mención Etnohistoria y profesional de la Dirección Museológica, destacó la importancia de esta propuesta de educación patrimonial y cómo se transforma en un espacio de distracción para los participantes, permitiéndoles conocer de otros temas y hablar de su historia. “Finalmente, para construir sociedad y respeto entre todos tenemos que abrirnos y contar nuestra historia y escuchar las de los demás y es bajo esta lógica que Cajas Vacías se vuelve una actividad muy satisfactoria. Además, el sentido de esta metodología siempre ha sido facilitar el acceso a quienes tienen poco acceso a las instituciones culturales, ya que siempre estamos al debe sobre todo de generar esta democracia cultural desde los contenidos; ya que finalmente lo que se expone en una vitrina, en un artículo son recortes. Debemos encontrar un camino para volver estos más plurales”, señaló.
Se espera a futuro continuar trabajando con el Centro de Educación y Trabajo de Gendarmería, concretar una visita al museo y llevar a cabo la implementación de nuevas iniciativas de trabajo en conjunto, dado el interés de los participantes por esta materia.