«La Universidad Austral de Chile sigue siendo una de las universidades grandes en ciencia antártica en el país». Así lo confirmó en entrevista con «Noticias UACh» el Director del Instituto Antártico Chileno (INACH), Dr. José Retamales, quien destacó que esta casa de estudios superiores cuenta con seis iniciativas en desarrollo y es la cuarta institución con más proyectos de ciencia antártica en el país.
Retamales es Director de este organismo técnico dependiente del Ministro de Relaciones Exteriores desde diciembre de 2003 y hace poco fue reelecto para seguir en este cargo por los próximos tres años. Este ingeniero químico y ex Rector de la Universidad de Magallanes (1990-1994), es el primer científico que dirige al INACH en sus 50 años de historia.
La mañana del pasado martes 3 de junio estuvo en el Aula Magna de la Universidad Austral de Chile durante la inauguración de la exposición interactiva y conferencia «Antártica: maravilla de biodiversidad», las que forman parte de las actividades de difusión del proyecto Anillo «Macroalgas Antárticas y Cambio Climático», que lidera el Dr. Iván Gómez, investigador de la Facultad de Ciencias UACh, con financiamiento del Programa de Investigación Asociativa (PIA), de Conicyt, y el INACH.
¿A qué se debe su visita a la Universidad Austral de Chile?
«Como Instituto tenemos un programa que hoy día comprende 20 universidades chilenas. La Universidad Austral sigue siendo una de las universidades grandes en ciencia antártica en Chile. De estas 20 universidades hay muchas que tienen solamente uno o dos proyectos. No es el caso de la Universidad Austral. De hecho, la exposición que venimos hoy día a inaugurar es parte de uno de los dos más grandes proyectos antárticos de Chile en este momento».
¿Por qué es importante este proyecto de la UACh?
«Esta es una de las historias de éxito que tiene el programa antártico nacional. Este proyecto es del tamaño de cualquier proyecto internacional y es comparable a una iniciativa en Estados Unidos o Europa. Esto no lo podríamos hacer si no fuera gracias a este acuerdo que tenemos entre la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) y el INACH. Ellos colocan el dinero para que el proyecto pueda funcionar durante los tres o un poco más años que dura y nosotros ponemos los recursos para poder ir a la Antártica y volver. Estos son los únicos proyectos que admitimos que tengan más de cuatro científicos en la Antártica, porque son muy grandes, con muchos recursos, como para organizar incluso eventos de este tipo y que un proyecto normal no los tiene.
«Por eso vine, porque es un evento especial, no es común. Hay solamente dos proyectos de este tipo en estos momentos: el de la Universidad Austral y otro que es liderado por la Universidad de La Frontera y la Universidad de Concepción. Pero estamos llamando a dos más este año, así que por primera vez en Chile vamos a tener espero el próximo año en funcionamiento cuatro Anillos Antárticos».
¿Por qué es relevante el estudio del tema antártico para una universidad como la UACh?
«Estamos tan conectados. Hay dos cosas grandes que se estudian en la Antártica: una es lo que le importa al mundo, no solamente le importa a Valdivia o a Chile. ¿Qué pasa si sube el nivel del mar? ¿Qué pasa con Corral? ¿Qué pasa con el río si empieza a subir el nivel del mar? Hay islas en el Caribe o en el mar Índico que podrían desaparecer. Estamos hablando de un fenómeno global. El planeta podría empezar a tener los efectos del calentamiento global si es que continuara o aumentara el deshielo en la Antártica. Obviamente esto afectaría a toda la humanidad. Todos esperamos que los antecedentes científicos que se recolectan cada año cada vez sean tan potentes, evidentes, esperamos que llegue el momento que nadie pueda decir ‘no creo que esto ocurra’.
«Asimismo, Chile es un país que depende de las exportaciones para su subsistencia, por lo tanto, para poder negociar en el mundo mientras más demuestres que estás preocupado de los problemas del mundo tienes una mejor cara para negociar.
«Un tema más nacional son aquellas investigaciones que tienen una aplicación directa y que podrían convertirse en una patente o en producto que tenga un valor agregado. Las algas son un producto de muy rápido crecimiento, de fácil conservación, muy alimenticias, además se pueden producir biocombustibles a partir de ellas. Pero conocemos poco de ello. El proyecto del Dr. Gómez es importante justamente por eso, porque ayuda a abrir esta cajita de Pandora que es la Antártica y el mundo de las algas».
Fuerte inversión estatal
Qué duda cabe, la ciencia antártica ha tenido un importante crecimiento. Así lo consigna el Boletín Antártico Chileno, donde se señala que en la actualidad Chile posee un Programa Nacional de Ciencia Antártica (PROCIEN) consolidado, con cinco líneas de investigación y ocho concursos con cinco fondos de financiamiento (INACH, PIA, FONDECYT, FONDEF, INNOVA).
Dr. Retamales, se ha aumentado en una cantidad considerable los recursos públicos destinados a estos proyectos. ¿Cuál es su visión?
«Ha aumentado mucho. La Antártica uno podría pensar que es cara. De hecho es más cara que estudiar en Rahue o en Rupanque. Pero somos el país, junto con Argentina, que puede ir a la Antártica por menos dinero en el mundo. La cercanía a la Antártica es una ventaja comparativa que tiene Chile tal como los cielos del norte. Nadie más puede hacer investigaciones al costo nuestro. En ese contexto, nuestro programa científico es del orden de nueve millones de dólares al año, mientras que el programa norteamericano cuesta 330 millones de dólares al año. Es decir nosotros somos un 3 % del programa norteamericano, pero Estados Unidos tiene que venir del hemisferio norte al hemisferio sur y nosotros estamos al lado. Estados Unidos gasta siete dólares por cada dólar productivo en ciencia antártica. Nosotros gastamos un dólar por cada dólar que es productivo en ciencia. Entonces nuestra eficiencia es mucho mayor que ese país o Alemania u otros países».
¿Me imagino que eso deriva en papers y en otros productos científicos?
«Deriva en eso y estamos creciendo muy fuertemente. Hoy día los investigadores chilenos publican en ciencia antártica el doble que el más cercano perseguidor en Sudamérica. Publicamos más que Francia, estamos acercándonos al Reino Unido, aunque estamos muy lejos de Nueva Zelandia y Estados Unidos. No digo que somos top, pero el crecimiento ha sido muy importante».
Por último, ¿algún mensaje a los investigadores de la Universidad Austral de Chile?
«En la Antártica hay muchas veces que hacer de todo. Ha cambiado el mundo, pues en los primeros años que yo iba a la Antártica nosotros cocinábamos o armábamos las carpas. Hoy día el investigador va a investigar; tenemos cocineros, algunas bases son más provistas y otras menos. Pero siempre la solidaridad, el compañerismo no debe perderse de vista y en ese sentido tenemos que hacer que nuestra experiencia de trabajo sea también grata. En eso felicito a los científicos jóvenes de la Universidad Austral, porque ellos son un siete. Ellos llegan allá y dicen ‘le ayudo, maestro’, están en la cocina, en fin. Nadie tiene que creerse el cuento de que es superior a nadie; no importa lo que tú aprendas, lo que sepas, los doctorados que tengas, siempre eres ignorante en muchas cosas. Así es que hay que ser humildes también y por eso apreciamos la calidad del investigador de Valdivia».