El Laboratorio de Biomateriales Valdivia (LABVA) es independiente, autogestionado y de código abierto, levantado en el sur de Chile y que busca re-establecer una conexión material con el territorio y su cultura local para transformar los actuales paradigmas materiales y posibilitar nuevas economías locales como respuesta a la urgencia material y medioambiental en que vivimos.
Bajo ese contexto, la implementación del laboratorio en Valdivia se inserta en un territorio caracterizado por un ecosistema único en el planeta (hot spot de biodiversidad), con una diversidad increíble de recursos de costa a cordillera y con una cultura y prácticas artesanales y de oficio muy arraigadas a su contexto.
Gracias a esa conexión territorial y para promover el conocimiento, es que el arquitecto y profesor del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Austral de Chile (UACh), Alejandro Weiss, ha realizado un trabajo colaborativo con distintas instituciones y organizaciones nacionales e internacionales, como el Laboratorio de Biofabricación de la Universidad Católica (BIOFAB UC) y el Laboratorio de Biología Sintética (SYNBIOLAB) de la misma casa de estudios.
El arquitecto, quien trabaja en el área de gestión, planificación e investigación del laboratorio, señala que es de suma importancia mantener lazos con otras organizaciones que les permitan compartir experiencias, conocimientos y resultados de sus propios procesos investigativos. “En el LABVA somos un grupo compuesto por investigadores dedicados tanto a la gestión, la comunicación y la investigación, lo cual nos hace generar fuertes vínculos con grupos expertos de las áreas de las ciencias y la tecnología”, recalcó Weiss.
Funcionamiento
Con ya dos años de funcionamiento, el LABVA ha logrado desarrollar una paleta de materiales del territorio valdiviano (que incluso puede ser representativa para el territorio macro sur de Chile) agrupados en materiales biológicos o cultivables –aquellos que se hacen crecer en el LABVA y que exigen un cuidado mayor para poder ser transformados en biomateriales-, y en materiales bio-orgánicos o aglomerados -creados a partir de aglomerantes de origen natural como polisacáridos de algas (Agar Agar y Alginato)-.
Con ellos es posible crear bioplásticos (láminas) y biocompuestos (moldes) utilizando distintos rellenos de origen orgánico e inorgánico, obtenidos de las actividades productivas del territorio: industria cervecera, agro-forestal, pesquera y de recolección. De esta manera, trabajan con el bagazo de cerveza, orujo, cenizas, lana, conchas de moluscos y crustáceos.
Dentro de sus proyectos, el arquitecto cuenta que el laboratorio está trabajando siempre con la idea de generar conversaciones con instituciones universitarias, estudios de diseño, empresas, laboratorios de biofabricación y comunidades organizadas en distintas partes del continente. Lo anterior se ha traducido en la participación del laboratorio en intinerancias internacionales en Ecuador y México como invitados internacionales, como también en la próxima Semana de la Biofabricacion de Chile, que se realizará en noviembre de este año.
Por otra parte, este año el LABVA lanzó un programa de residencias de experimentación biomaterial enfocado en la comunidad nacional e internacional para investigar, experimentar y aplicar procesos creativos y metodológicos asociados a nuevas materialidades a partir de la diversidad del territorio valdiviano y su cultura, buscando conectar investigadores de diversas áreas disciplinares -científicos, ingenieros, diseñadores, artistas y artesanos (oficios)- interesados en descubrir nuevas oportunidades en la investigación biomaterial.
“Creemos que es muy relevante visibilizar y agrupar experiencias que permitan generar una masa crítica y organizada que logre transformar culturalmente la relación material en la que vivimos”, finalizó Alejandro Weiss en relación al trabajo actual que está realizando el LABVA en la sociedad.