Los académicos de la Universidad Austral de Chile Sede (UACh, Sede Puerto Montt, Héctor Cárcamo Manríquez, de Pedagogía en Educación Básica, y Jorge Parada Morollón, de Ingeniería en Información y Control de Gestión, expusieron en la I Conferencia Internacional de Investigación en Educación realizada en la Universidad de Barcelona, las primeras conclusiones acerca de las Escuelas Efectivas de la Comuna de Puerto Montt y los rasgos identitarios de sus profesoras y profesores.
Ambos académicos destacaron que esta línea de investigación es fruto de una serie de trabajos de grado que están permitiendo conocer aquellos aspectos y factores que explicarían los buenos resultados históricos de cuatro escuelas de educación básica urbanas ubicadas en la capital regional, dos con dependencia municipal y dos particulares subvencionadas, que en todos los casos destacan por sus altos índices de vulnerabilidad escolar (IVE), los que superan el 80%. El primer estudio consideró un análisis multivariante de carácter regional y comunal, lo que incluye resultados históricos del SIMCE en Lenguaje y Comunicación y Matemáticas, además de los resultados en los indicadores de desarrollo personal y social (IDPS) en cuartos básicos. Se suma a éste un estudio que define características y rasgos identitarios de los profesores y otros que buscan caracterizar el clima escolar, la relación de las escuelas con madres, padres y apoderados, entre otras, asumiendo el carácter multifactorial que se refleja en los resultados de los centros.
La desigualdad económica y social en Chile se manifiesta en el sistema educativo en una alta segmentación y segregación, es a partir de una serie de condiciones o consideraciones socioeconómicas y académicas de estudiantes y sus familias, que los establecimientos municipales, particulares subvencionados y particulares pagados, estructuran su matrícula, siendo la educación municipal aquella que concentra un mayor número de alumnos pertenecientes a grupos en situación de pobreza. Esta realidad es también la de algunas escuelas de dependencia particular subvencionada, las que en todos los casos destacan por sus altos índices de vulnerabilidad escolar (IVE). Los docentes definen la vulnerabilidad como “aquella que representa una serie de condiciones de riesgos y la pobreza como aquella que expresa carencias de cuestiones que resultarían esenciales para la vida de personas y los grupos”. En este sentido, los académicos señalan que la “vulnerabilidad y la pobreza son representativas de formas de exclusión que muchas veces están más allá de lo puramente material”.
Junto con ello, indican que “desde la información científica es posible observar la relación entre condiciones socioeconómicas y académicas, y los resultados educativos; esta relación se observa en aquellas realidades donde es evaluado el logro de los aprendizajes y, complementariamente, la situación socioeconómica de las y los estudiantes; en este caso, a mayor condición de riesgo y carencias, menores son los resultados.
En esta línea de investigación, la “Escuela Efectiva” es aquella que, teniendo altos niveles de pobreza y vulnerabilidad escolar como contexto permanente, logran mejores resultados educativos en el tiempo comparados con instituciones de similares características o naturaleza. En este caso, son acciones o condiciones de equidad educativa lo que permite a ciertos establecimientos enfrentarse de una mejor manera a las desigualdades e inequidades que cruzan su tarea formativa, siendo el/la profesor/a uno de los factores claves para asegurar resultados que implican algo más que aspectos puramente cognitivos. En este caso, los investigadores señalan que “los profesores de las Escuelas Efectivas son docentes ligeramente más jóvenes que el promedio nacional; conocedores del entorno en el que trabajan; formados y orientados al trabajo de aula, no así en cargos de gestión; tienden a una alta estabilidad laboral en sus establecimientos, el 50% de los docentes cuenta con 5 a 9 años de experiencia laboral y mayoritariamente todos estos los han tenido en la misma escuela; reflexionan y están seguros de sí mismos, a pesar de no sentir reconocimiento social; en su desempeño destacan valores como el respeto y la empatía, además de la responsabilidad y colaboración; no consideran la vulnerabilidad y la pobreza como condicionantes de su desempeño docente, entre otros aspectos”.
Ambos profesores concluyen que “queda de manifiesto que la situación de vulnerabilidad y pobreza de los estudiantes, familias y entornos, que mayoritariamente en Chile se concentran en ciertos espacios sociales y en ciertas escuelas, constituye un problema que impactan en diversos niveles y formas todas las dimensiones de la vida social del país. La pobreza y vulnerabilidad en el contexto educativo entonces es representativa de profundos procesos de desigualdad e inequidades, lo que se traduce en un sistema escolar altamente segregador y excluyente, un sistema que no solo concentra la pobreza, sino además la perpetua, impidiendo que las expectativas de movilidad social de las y los estudiantes, y de sus familias, mayoritariamente no sea cumplidos. En este contexto, la Escuela Efectiva aparece como una herramienta fundamental para la equidad y el profesor como un factor clave de inclusión socio-educativa, conocer las características de estos establecimientos resulta relevante para la configuración de las políticas educativas, en una lógica en que su diseño se hace desde y para la escuela”.