Don Alfredo no es un propietario común, se ha distinguido por un enorme compromiso hacia la restauración de esta emblemática especie, cualidad que es reconocida por los científicos que han tenido la oportunidad de conocerlo y trabajar en su predio cercano a Puerto Montt. En virtud de esos méritos, Don Alfredo recibió un premio por parte de la Red Chilena de Restauración Ecológica, de la cual es miembro el académico de la UACh, Mauro González.
Es así como en el marco del III Seminario de Restauración Ecológica, realizado en Temuco, se le entregó un premio en homenaje a su labor, de acuerdo al objetivo que tiene la Red de destacar a personas fuera del ámbito académico comprometidas de forma práctica con esta misión.
La relación entre Don Alfredo y la ciencia comenzó en el año 1995, cuando un grupo de investigadores de la Universidad Austral de Chile buscaba poblaciones remanentes de alerce en la depresión intermedia, como parte del proyecto internacional SUCRE, financiado por la Unión Europea. El académico del Instituto de Conservación, Biodiversidad y Territorio de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh e investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, Dr. Antonio Lara, es investigador responsable de este proyecto por parte de la UACh, lleva más de 30 años estudiando estos bosques de alerce – especie clasificada como en peligro de extinción – y hoy habla con orgullo de la relación de colaboración y amistad que lo une a Don Alfredo Núñez.
“Hasta fines de los años 80 creíamos completamente desaparecidas las poblaciones remanentes de alerce. Sin embargo a partir de información entregada por colegas de CONAF tuvimos la fortuna de conocer a Don Alfredo y su familia, y con ello el denso rodal de alerce de 120 años que este propietario se preocupó de proteger en su predio. Este pequeño bosque es único entre las diversas poblaciones de alerce que encontramos en la Depresión Intermedia y estaba rodeado de un área degradada de praderas y matorrales que era ideal para iniciar la restauración de alerce”, destacó el Dr. Lara.
El profesor Lara reconoce que le llamó la atención el interés, curiosidad, generosidad y buena disposición de Don Alfredo, quien desde un comienzo apoyó los esfuerzos de conservación y restauración del alerce. Lo anterior ha dado lugar al desarrollo no solo de una relación de colaboración, sino que de amistad con él y otros investigadores, asistentes de investigación y estudiantes de la UACh que han trabajado con tenacidad en este proyecto.
“Su conocimiento del bosque, perseverancia, paciencia, optimismo y visión de futuro, además de sentido del humor y sabiduría”, son algunas de las virtudes que el prof. Lara destacó en la ceremonia de premiación del Sr. Núñez. Estas cualidades son las que han permitido que un área completamente degradada hoy esté poblada de alerces de 2 a 5 metros de altura que fueron plantados en 1998. Éstos co-existen con un denso renoval de coihues de Chiloé, canelos, melis y una gran diversidad de especies arbustivas, herbáceas y helechos.
En 1998 don Alfredo puso a disposición del equipo de investigadores un área de 2,74 ha dentro de su predio Chaqueihua, que incluía el rodal de alerce y un área adyacente degradada. “En este sitio iniciamos el proyecto de restauración de más larga data entre los realizados en forma sistemática, el cual gracias a su colaboración hemos tenido el privilegio de estudiar y monitorear por 19 años”, señaló el Prof. Lara.
Sus aportes a la restauración comenzaron a ser reconocidos tempranamente, cuando la iniciativa de conservación y restauración de alerce que se lleva a cabo en el predio de su propiedad fue distinguida entre los proyectos de Filantropía Ambiental por CIPMA y la Universidad Austral de Chile en el año 2000.
Aprendizaje colectivo
Pero la colaboración de Don Alfredo ha ido más allá de su aporte a proyectos de investigación. Él, su esposa, la señora Elba, y su familia abrieron su casa a estudiantes, investigadores, profesores, visitas y colaboradores de diversos países, dando la oportunidad de que su predio generara oportunidades de aprendizaje para estudiantes de pregrado, magíster y doctorado que realizan o han realizado sus tesis en el sitio.
“Su ayuda ha servido también para inspirar la realización de otros proyectos de restauración y otorgarnos la seguridad que si se puede restaurar con alerce en sitios de mal drenaje con serias restricciones para el desarrollo de las plantas, también es posible en sitios más favorables y con especies que crecen más rápido”, señaló el académico.