Las oficinas salitreras Santiago Humberstone ubicadas en el norte de nuestro país, sirven de trasfondo para la propuesta que la artista francesa, Dorothy Shoes, presenta en la Sala Roberto Edwards del MAC. La exposición fotográfica “Humberstone, el último hombre”, está compuesta de 28 imágenes que a modo de fábula humanista exhiben a un hombre en el corazón de una ciudad fantasma. La artista explicó que la estética abordada en las fotografías se basa en colores con un tratamiento sin saturación, los cuales invitan a reflexionar acerca del ser humano y de la civilización occidental. Asimismo, indicó que el concepto de esta muestra gira en torno a la interrogante de ¿Cómo sería la existencia del individuo si se encontrara completamente solo, privado de todo contacto con seres vivos lo que conoció antes?
Por su parte el Director de la galería EKHO y responsable de la exposición en Chile, Luis Binimelis, destacó que se trata de un proyecto especial, ya que la artistas busca “plasmar un tiempo, paralelo, atrapado entre ayer y mañana, donde se alteran planos generales y retratos de este “último hombre” rodeado por sus recuerdos”. De igual forma, manifestó que la muestra en su previa exhibición recibió una gran acogida del público, puesto que la fotografía en es un recursos que encierra distintas lecturas y mensajes, “una cosa que sucede con el arte es que en general, es que es la única lengua que se puede leer en todas partes del mundo de la misma forma y no presenta barreras. Además, la imagen habla por sí sola y todos pueden hacer su propia lectura de ella.”
Amor Seco
Instalación visual y sonora, es la propuesta que Manon Harrois exhibe en las bóvedas I –II del MAC. Su trabajo cuenta con la colaboración de Felipe Becerra (escritor), Uriel Bartelemi (baterista compositor) y Jerome Petit (diseñador sonoro). El proyecto gira en torno a dos elementos: los sonidos de los lobos marinos presentes en la costanera de Valdivia y al concepto de una semilla típica de la región que recibe el mismo nombre de la exposición, amor seco.
La muestra, explicó Becerra, sigue el principio de esa planta y el movimiento que tienen sus semillas las que al pegarse en la ropa terminan trasladándose de un lugar a otro. “Fue ese principio de contaminación y dispersión, la memoria de ese viaje lo que le interesó a Manon y quiso representar en las bóvedas del museo.”
Harrois, durante la inauguración agradeció el apoyo recibido por parte de la Región Francesa de Champagne-Ardenne y destacó que en las bóvedas se puede escuchar una composición especialmente desarrollada para este proyecto, que tiene como eje central los sonidos de lobos marinos.
Ambas exposiciones estarán abiertas al público hasta el 20 de diciembre, de martes a domingos entre las 10:00 a 18:00 hrs.