En Chile se producen 45 mil diagnósticos de cáncer al año y hay 22 mil muertes a causa de esta enfermedad. O sea, cada 20 minutos fallece una persona y en un par de años, será la principal causa de muerte, incluso por delante de los infartos cardíacos e infartos cerebrales. Sin embargo, en el país existen solamente 80 oncólogos médicos, 45 de los cuales trabajan en Santiago y del total de profesionales, la mayoría presta servicios en el sistema privado de salud.
Esa es la realidad de esta enfermedad y que planteó el doctor Bruno Nervi, durante el Curso de Oncología General que organizó el Instituto de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile, en el Hospital Base de Valdivia.
Nervi es especialista en cáncer digestivo, jefe de Oncología Médica de la Pontificia Universidad Católica de Chile y está a cargo del programa de formación de oncólogos médicos de la UC, espacio desde el cual lidera una serie de iniciativas en la lucha contra el cáncer. Un objetivo que -según sus palabras- necesita de mayor cantidad de profesionales, recursos, prevención y mejores oportunidades de acceso precoz y oportuno a los diagnósticos y tratamientos. Así, ejemplifica además que la lucha contra esta enfermedad debe transformarse en un objetivo país.
Trabajo conjunto
La falta de especialistas es reconocida como uno de los déficit de la salud pública en Chile y la oncología es un claro ejemplo. «Hay una falencia muy grande. Somos 80 en Chile y según estándares de países parecidos al nuestro, deberíamos ser entre 300 y 400. Eso significa que la mayoría está en el sector privado y en Santiago, en donde hay 45 oncólogos médicos. Y son muy pocos en el resto de las regiones. El poco capital humano dificulta que los pacientes sean vistos o estudiados a tiempo», asegura Nervi.
Entonces, una de las tareas que se han fijado como grupo profesional de la Universidad Católica es la formación de especialistas en cáncer, que a futuro puedan desarrollar su trabajo, preferencialmente en regiones y en la salud pública.
Esta fue una de las razones que lo trajo a Valdivia junto a sus colegas médicos de la UC Marisa Bustos (radioterapeuta) y Carolina Ibáñez (especialista en tumores ginecológicos), para invitar a los profesionales jóvenes de la Facultad de Medicina de la UACh, a que se incorporen a los programas formativos de oncología.
El profesional está optimista de que se pueden generar los cambios, comenzando -reitera- por la formación de capital humano y es ahí donde existe de parte de la PUC, el interés de potenciar la formación de especialistas a través de un trabajo conjunto con la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile: «Me reuní además con los directores del Servicio de Salud y del Hospital Base Valdivia, para buscar en conjunto estrategias que permitan proteger a los pacientes con cáncer. Estoy convencido de que en estas tres instancias están muy bien preparados y tienen claro lo relevante que es el tema. Hay una posibilidad interesante de empujar en conjunto su desarrollo».
El doctor Nervi destaca la presencia del Hospital Base Valdivia como centro de referencia del tratamiento del cáncer en la zona sur austral del país. «Lo hacen muy bien, con mucho esfuerzo y tienen especialistas destacados. Son pioneros en registro de tumores y en estrategias de uso de información electrónica, que ha sido muy relevante para manejar mejor desde el mundo primario de salud hasta el hospital. En este contexto, el hospital de Valdivia juega un rol importante y tiene una misión relevante para empujar y favorecer el desarrollo de la oncología en Chile», aseguró.
Curso
En el Curso de Oncología general realizado en el Hospital Base de Valdivia, participaron los especialistas de la PUC y médicos valdivianos. A la presencia como expositores de Bruno Nervi, Marisa Bustos y Carolina Ibáñez se sumaron Raúl Puente, Eduardo Israel, Andrés Steuer, Nilda Zumelzu y Kathy Heise. Los directores del curso fueron los doctores Rodolfo Avendaño (Instituto de Medicina UACh) y Bruno Nervi, Jefe de Oncología Médica de la Pontificia Universidad Católica de Chile. El coordinador general fue el Dr. Mario Calvo Arellano.
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