El académico, que se integró al Instituto de Ciencias Navales y Marítimas de la Universidad Austral de Chile en 2018, habla de los desafíos y ejes de trabajo que espera poder abordar a cargo de la Dirección de la Escuela de Ingeniería Naval, así como de las fortalezas y elementos distintivos de una carrera única en Chile.
“Un eje primordial de la gestión de la Escuela es terminar de consolidar la implementación de la malla innovada de la carrera, manteniendo una oferta de cursos optativos profesionales en línea con las necesidades de la sociedad y de la industria actual, pero que también entreguen a los estudiantes la capacidad de proponer nuevas soluciones y cambios a la industria marítima”.
Agrega que “uno de los desafíos principales es el aumento las tasas de titulación oportuna de las y los estudiantes, la gestión de la Escuela estará enfocada en establecer protocolos y procedimientos para el seguimiento adecuado al desarrollo de los trabajos de finalización de carrera. Otro eje de trabajo es aumentar el número de estudiantes de pregrado que participen en la vinculación con el programa de Magíster en Ingeniería Naval y Oceánica, a través de cursos optativos y de sus proyectos de finalización de carrera”.
“Por mi formación, un tema especial para mí es la investigación y desarrollo de alto nivel; en ese sentido, me gustaría que la gestión de la Escuela facilite la participación de estudiantes en las actividades de I+D asociados a los académicos que imparten los cursos de la carrera y la movilidad estudiantil. En agosto, uno de nuestros alumnos irá de intercambio a la UFRJ en Río de Janeiro, apoyado por la Beca Santander; hace poco gestioné con el profesor encargado la llegada de nuestro estudiante Pablo Matamala a Río, espero sea una tarea recurrente durante mi gestión”, explica el académico.
Otro tema que el nuevo Director de la Escuela de Ingeniería Naval espera poder atender con especial atención es la tendencia en el número de matriculados. “En una primera etapa el trabajo estará dirigido a analizar el comportamiento del número de matrículas de primer año en el último tiempo. Con ello, en una segunda etapa, proponer acciones pertinentes a realizar para los siguientes dos años, que tiendan a estabilizar el número de las matrículas de primer año”.
Una carrera que otorga sólidos conocimientos para la resolución de problemas
En relación a lo anterior, el Dr. Ahumada destaca los elementos distintivos y fortalezas de Ingeniería Naval, carrera que a su juicio otorga fundamentos sólidos en ciencias de la ingeniería y que permite entregar a las y los estudiantes un nivel de preparación adecuado para la resolución de problemas, lo que les permite desarrollarse con fluidez en el ciclo profesional.
“En el ciclo profesional, una de las grandes fortalezas de la carrera es la vertebración de la ingeniería naval a través de la integración coordinada de varias disciplinas de la ingeniería, como son diseño y cálculo de estructuras, dinámica de los fluidos, arquitectura naval, mecánica de máquinas marinas, navegación, entre otras. Además, en este ciclo las y los estudiantes pueden optar por una de las especialidades que ofrece la carrera. El perfil de egresado de la carrera permite que los futuros profesionales sean versátiles en el campo laboral, además de lograr una rápida adaptación en cualquier ambiente de trabajo”.
Otra característica que el nuevo Director de la Escuela releva en el proceso formativo es la calidad del cuerpo académico de la carrera. “Hoy día los cursos del ciclo profesional de la carrera son dictados por académicos formados en ingeniería, y la mayoría en Ingeniería Naval de la UACh. Cada uno tiene una experiencia importante en el área industrial, pero también con formación de postgrado en universidades extranjeras de alto prestigio en el área oceánica y naval, por ejemplo, la ingeniería oceánica de la UFRJ es destacada como una de las mejores en América”, explica.
El académico detalla, asimismo, que durante la formación de las y los estudiantes una buena parte de las clases prácticas en el ciclo profesional ocurren en el Canal de Pruebas Hidrodinámicas, y que la actualización de su equipamiento ha permitido implementar nuevas experiencias prácticas; por ejemplo, el análisis del oleaje irregular en el curso de Hidrodinámica, que actualmente se puede medir experimentalmente y comparar con la formulación teórica. Además, la experiencia de las/los estudiantes en el laboratorio es una ventaja única, debido a que no hay otro laboratorio de este tipo en otra parte de Chile.
Por otro lado, las/los estudiantes que tengan interés de formarse para ser oficiales de Puente de la Marina Mercante cuentan con el laboratorio para simulación de navegación, el que fue certificado recientemente por la autoridad marítima. Estas experiencias están guiadas por un docente que es primer piloto de la Marina Mercante. En el caso de las/los estudiantes que tienen interés en los motores o máquinas marinas o formarse como ingenieros de máquinas de la marina mercante, gran parte de su formación pasa en el Laboratorio de Máquinas Marinas, el cual está equipado con varios elementos presentes en la operación de la sala de máquinas de las embarcaciones.
Finalmente, Ahumada agrega que una fortaleza que venía gestándose en la carrera y que está siendo potenciada por la malla innovada es la consideración por el medioambiente en la formación de las/os estudiantes, que muchas veces se ve reflejada en los proyectos de finalización de carrera, en donde se incluyen nuevos temas como energías renovables, acuicultura sustentable e innovación en el diseño de embarcaciones.
Todo lo anterior permite formar a profesionales de la ingeniería naval preparados para afrontar los nuevos desafíos de la industria marítima.
Reseña
El nuevo Director de la Escuela de Ingeniería Naval de la Universidad Austral de Chile es egresado de la misma carrera en la mención de Arquitectura Naval. Cursó sus estudios de pregrado entre 2003 y 2009.
Realizó su tesis de grado aplicando un modelo numérico CFD para el cálculo de la resistencia al avance de embarcaciones, lo que fue el inicio de su interés en profundizar en temas de hidrodinámica y los métodos numéricos, motivado también por el académico Marcos Salas.
Posteriormente, inició el Máster en Arquitectura Naval e Ingeniería Marítima en el Instituto Superior Técnico de Lisboa (IST), Portugal, tiempo en que se dedicó a investigar en aplicaciones del CFD en los temas de hidrodinámica naval. Su tesis de trató sobre un problema de maniobrabilidad en la interacción de embarcaciones a través de varios modelos de flujo simulados. “Esa época la recuerdo con muchas ¡¡saudades!!, en especial a Richard Villavicencio, también Ingeniero Naval de la FCI, doctorándose en esa época”, precisa el Dr. Ahumada.
Durante 2011 cursó el Doctorado en Ingeniería Oceánica y Naval en la U. Federal de Río de Janeiro (UFRJ) en Brasil. Guiado por el profesor Marcelo Neves, su interés por los temas numéricos alcanzó un siguiente nivel, implementando un código in-house CFD basado en un esquema lagrangiano, que consideró el mejoramiento de la aplicación de condiciones de contorno.
Desde 2016 a 2018 trabajó como coordinador técnico en MERIC, centro de investigación para las energías marinas del que la UACh también es parte. Su principal función allí fue gestionar los proyectos de investigación.
En septiembre de 2018 retornó a la Facultad de Ciencias de la Ingeniería como académico del Instituto de Ciencias Navales y Marítimas, aportando en el área de hidrodinámica y la aplicación de métodos numéricos en el área naval. Hasta la fecha lleva casi cuatro años en la FCI como académico, dos de los cuatro en pandemia, lo que, según relata, fue una experiencia difícil.
Durante este semestre, el académico en pregrado dicta como corresponsable las asignaturas Resistencia a la Propulsión e Hidrodinámica Naval, y como responsable en Maniobrabilidad y Timones. En postgrado es responsable del curso Dinámica de Fluidos Avanzado.
“Actualmente, estoy ejerciendo como Director de la Escuela de Ingeniería Naval. Me gustaría destacar, durante este tiempo, el ambiente afable de la Facultad y la buena interacción con los alumnos, que ha sido bastante enriquecedora”, concluye José Miguel Ahumada.