La Dra. Cuesta se encuentra en la UACh invitada por el Instituto de Historia y Ciencias Sociales, quienes, a través de la docente Romané Landaeta, postularon a los fondos del Concurso de apoyo a la docencia e investigación de pre y postgrado que la Facultad de Filosofía y Humanidades organiza año a año para facilitar la estancia de profesores visitantes en nuestra casa de estudios.
Su estancia se inserta dentro de los lineamientos fundamentales del Instituto de Historia y Ciencias Sociales que busca profundizar líneas de investigación permitiendo acceder a nuevas problemáticas, situándolas desde el Sur de Chile. Asimismo, se pretende la generación de conocimiento que lleve a la interacción de académicos y estudiantes de pre y posgrado, donde se examinen las principales problemáticas y desafíos que tiene el acceder a este tipo de estudios.
Dentro de las actividades que la catedrática ha realizado en su visita está la clase magistral “Historia del tiempo presente. De la memoria a la historia” que dictó en el Auditorio del CIDFIL el martes por la mañana y que contó con una interesante audiencia.
La historia del tiempo presente es un nuevo horizonte para la historia, aunque no tan nuevo sino más bien renovado y aún genera reticencias en algunas áreas de las ciencias sociales.
Para la Dra. Cuesta la historia del tiempo presente es aquella en que viven generaciones coetáneas, no tiene límites cronológicos fijos ni estáticos. Es una historia en permanente construcción y se privilegia la intervención del sujeto (actor o testigo e historiador).
Esta historia responde a la complejidad de la realidad social, la globalización reclama la identificación de las raíces. Redefine la objetividad y exige una actitud epistemológica abierta.
Así, la memoria se convierte en la fuente del conocimiento del historiador. La memoria es acumulativa, limitada y selectiva, frágil y manipulada, normativa, simbólica e intelectual y además funciona fuera del tiempo, por lo mismo trabajar con la memoria es un gran desafío para los historiadores.
“La memoria como objeto de estudio es un redescubrimiento de las ciencias sociales en el siglo xx, en el que la sociología, entre otras disciplinas, se adelanta a la historia. La memoria está en efecto en la raíz de la historia, desde su fundación”, señaló Josefina.
La memoria tiene una función social colectiva pues identifica, legitima, da continuidad y posee una función afectiva. En las memoria colectivas se reconocen la familiar, la popular, la obrera o de clase, la oficial, la nacional y la histórica.
La catedrática sostiene que la problemática que encierra la presencia de la memoria en nuestras sociedades responde a una problemática más profunda, apuntada más arriba, que sobrepasa modas y fiebres conmemorativas, y que reclama la presencia de “los olvidados”, el protagonismo de los marginados, el reclamo de períodos, de grupos o de personajes históricos despreciados o deliberadamente silenciados por poderes autoritarios. La memoria se constituye así en un factor de justicia y de democracia en nuestras sociedades contemporáneas.
El presente se convierte en un punto común entre la historiografía y otras ciencias sociales, es transdisciplinar.
Reflexionar sobre la Historia y Memoria, desde diferentes regiones del mundo, da cuenta de una problemática mayor, esto es, el origen desde donde se instalan este tipo de análisis. Sabido es que para Europa, después de las guerras mundiales, y sobre todo el Holocausto judío tienen como referencia fundamental pero no único, este tipo de temáticas. Para el caso de América Latina, las localizamos a propósito de las dictaduras militares que asolaron gran parte de la región en la década de los setenta. En consecuencia, en un inicio estos estudios se concentraron en analizar estos temas a luz de las evidencias históricas. Sin embargo, la relación entre historia y memoria, continúa generando todo tipo de debates dentro de la comunidad científica, por esta razón, contar con la presencia de una de las máximas historiadora europeas que desarrolla estos temas, resulta muy significativo para una Universidad situada en el Sur de Chile, cuyas problemáticas frente a sus pasados, sin duda guarda ciertas particularidades que requieren de un importante aparato teórico-metodológico de análisis.