Los investigadores han constatado que ambas ciudades cuentan con un sistema de espacios abiertos que tiene un valor recreacional o de esparcimiento otorgado por la comunidad, pero que sin embargo, también tienen una relevancia latente que se activa en caso de terremotos y emergencias.
Porque un parque, una plaza, una calle o una cancha de fútbol, puede fácilmente convertirse en lugares que brinden a las personas el acceso a los consumos básicos, a la seguridad, techo o información en caso de desastre.
La investigación es producto de un proyecto Fondecyt N.11110297 en desarrollo, titulado “Caracterización del Paisaje Urbano Resiliente: Percepción del espacio público de Valdivia y Concepción en el contexto de un terremoto”, que es llevada adelante por la Dra. Paula Villagra del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas, quien hace poco asistió a la “Primera Conferencia Internacional Sobre Sustentabilidad y Resiliencia Urbana” que se desarrolló en Londres, para dar cuenta de los primeros resultados de la investigación. Durante el encuentro se discutieron las similitudes y diferencias entre ambos conceptos en el contexto de ciudades afectadas por catástrofes naturales, señalando que tienen características distintas, pero que en momentos determinados, como posterior a un terremoto, se pueden complementar.
“La sustentabilidad en urbes se trabaja con indicadores a largo plazo que buscan, por ejemplo, disminuir la polución ambiental, bajar la contaminación en un río y mejorar la calidad de vida.Tanto los objetivos como los resultados a obtener, se planifican por una comunidad con anticipación para lograr un desarrollo sustentable a futuro. En cambio la resiliencia, es una característica intrínseca de un sistema, como una ciudad, y se revela, cuando se produce un quiebre que origina cambios inesperados y no planificados.
La resiliencia urbana se refiere a la capacidad de una ciudad de adaptarse al cambio, incluso otorgando la posibilidad que persistan parámetros que aportan a la sustentabilidad en el tiempo”, señaló. En el caso de un terremoto, la capacidad de resiliencia del sistema se puede evaluar en base a la distribución, redundancia e intensidad de uso del espacio público, así como también en base a las cualidades del paisaje, aspectos que están siendo estudiados por el equipo de investigación.
Valdivia
De acuerdo a lo señalado por la Dra. Villagra en Valdivia, se han identificado 198 espacios públicos, distribuidos en 10 tipologías de lugares urbanos que le permitirían a la ciudad contar con una característica resiliente. Estos lugares se pueden utilizar de 8 maneras distintas luego de un terremoto. De estos lugares, la mayoría son calles (20,2%), plazas (12,6%), predios libres (11,6%) y canchas (11,1%) que se pueden utilizar preferentemente como lugar de reunión (45,4%), habitación temporal (41,4%), atención médica (39,9%) y abastecimiento de agua (37,4%).
Son lugares de acceso libre (como parques y plazas) y controlado (como un regimiento) que en caso de terremoto, pueden brindar una serie de servicios a los afectados por la catástrofe. Esta información se obtuvo en base a reuniones con Onemi, Municipalidad, Bomberos, Carabineros, Ejército, ONGs y la Unión Comunal, entre otros, tanto para identificar espacios poco conocidos, pero utilizados por la comunidad, así como para recopilar información sobre sus planes de contingencia y trabajo en común frente a emergencias.
El 93,9% de los lugares identificados se encuentra a menos de 600 metros de un cuerpo de agua y de áreas que permitan la distribución de este elemento vital, distancia abarcable caminando en 10 minutos. Además, el 91,82% de los lugares está dentro del mismo rango de distancia a las vías de evacuación identificadas por expertos en emergencia, y un 69,7% de los lugares están a menos de 600 metros de organismos asociados a la emergencia. Los lugares identificados tienen representatividad en todas las unidades vecinales urbanas de la ciudad de Valdivia lo cual también contribuye a la resiliencia urbana a escala del barrio.
La Dra. Villagra explicó que estos resultados sugieren un sistema de espacios abiertos con buena distribución, diversidad y redundancia en la ciudad, aspectos que contribuyen a la resiliencia urbana post-terremoto. Esta hipótesis que ha surgido en base a los resultados preliminares, está siendo ratificada en base a análisis espacial en colaboración con investigadores de la Universidad de Concepción. Lo importante, es tener estos lugares identificados, evitar su desaparición, considerarlos en la planificación urbana y someterlos a un diseño adecuado para su uso en momentos de emergencia.
Concepción
En Concepción se han realizado los mismos análisis obteniendo resultados que sugieren que la capacidad de resiliencia de la ciudad sería menor a la de Valdivia. El avance de la investigación en esta ciudad les ha permitido a los investigadores ahondar en las cualidades del diseño del espacio público que también aporta a la resiliencia urbana, y que es relevante al momento de tomar decisiones en cuanto a la forma y paisaje de estos espacios.
En el caso particular de las lagunas urbanas de Concepción, se han distinguido tres tipos de paisajes que varían en cuanto a la visibilidad que otorgan de la ciudad y al nivel de intervención y presión urbana al que han sido sometidas. Aquellos con presencia de material vegetal arbóreo, arbustivo y herbáceo, con accesibilidad al cuerpo de agua, senderos curvos y mobiliario urbano, fueron descritos como útiles para diversas actividades asociadas a la recreación y la emergencia. Entre estos se destacan zonas de la Laguna Lo Galindo y la Laguna Redonda, que fueron identificados por la comunidad como saludables y seguras. En contraste, paisajes con obstrucciones visuales y sin manejo y diseño adecuado, con presencia de edificaciones en sus bordes, como es el caso áreas en las lagunas Lo Custodio y Lo Méndez, no tienen usos predominantes asociados, ni para la recreación ni la emergencia. La laguna Tres Pascualas se encuentra en una situación intermedia.
Para la investigadora, la comunidad y las autoridades deben conocer y valorar los espacios que son útiles luego de un terremoto, o “paisajes compartidos” como los llama, porque más allá de centros de recreación o esparcimiento, en momentos determinados jugarán un papel crucial a la hora que una ciudad pueda recuperarse de una emergencia. “Por eso es importante conocer y colocar atención ante las presiones de urbanización, densidad habitacional y diseños inadecuados, que pueden acabar con estas zonas”, señaló.
La Dra. Villagra expresó que la calidad de cada uno de los espacios identificados, está en relación a su cercanía a cuerpos de agua, a vías de evacuación, o bien a la Plaza Fundacional, que son lugares reconocibles por las personas, desde uso diario, como de apropiación cultural. “Las actividades que iniciaremos en los próximos meses con las juntas de vecinos son esenciales, porque nos permite saber cuáles de los espacios identificados tiene además un valor socio cultural, que puede ser utilizados por la comunidad para un restauración emocional y mejora del estrés post terremoto”, comentó.
Nota publicada en EMOL. Ver artículo.