Conservar el ecosistema y no solo la especie es lo que propone Carlos Zamorano, Ingeniero Forestal, Doctor en Ecología y Restauración de Ecosistemas Forestales e investigador postdoctoral del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2-UACh, luego de que sus investigaciones lo llevaran a comprobar que la ganadería afecta significativamente la regeneración de Araucaria araucana.
Así lo publicó la revista Biological Conservation. “En nuestro estudio demostramos que la poca regeneración que existe de araucaria en la Cordillera de Nahuelbuta es influencia de la ganadería, por lo demás, ésta corresponde mayoritariamente a rebrote”, indicó Zamorano.
“Siempre se enfoca la protección de la araucaria a la tala, pero el ganado casi nunca se considera”, advirtió.
Pero, ¿de qué forma afecta el ganado a la resiliencia de esta especie? El investigador explicó que “la hipótesis es que los suelos de la cordillera de la costa son muy delgados, porque son formados in situ, prácticamente no tienen aporte de ceniza volcánica; en contraste con los suelos trumao de la zona central y los Andes, que son profundos y ricos. En la costa, el poco suelo existente se ha formado por la degradación de la roca madre, la vegetación que crece en esa zona está adaptada a esas condiciones, pero viviendo en muchos casos en el umbral. Es entonces cuando el ganado, mediante el tránsito, marca una gran diferencia en la capacidad de establecerse de araucaria”.
Zamorano estudió todos los bosques de araucaria que rodean el Parque Nahuelbuta y la población de araucaria a la altura de Nueva Imperial. Recorrió sitios inhóspitos, “en esos lugares encontraba las bostas de vaca. Donde nadie llega estaban las vacas”.
Para el Ingeniero Forestal esto obliga a cuestionar las políticas ambientales. “Se habla de proteger la araucaria, pero yo digo por qué no protegemos el ecosistema, no solo la especie. Cuestionemos la forma que tenemos de conservar las especies, se ha demostrado que no es suficiente, también se debe proteger el ecosistema en los cuales la especies se establece y desarrolla”.
Bosques siempreverdes
Luego de este estudio, el científico de la UACh quiso investigar qué sucedía en este caso con los bosques más complejos de Chile: el bosque siempreverde. Esta vez, el trabajo fue publicado en la revista Ecosphere en el año 2014.
Usando una estadística avanzada, se muestreó durante 4 meses toda la Cordillera de Costa desde Mehuín a Río Bueno repitiendo el mismo estudio realizado con araucaria, pero incluyendo la corta de árboles, como explicación de la regeneración. “Registramos todas las especies arbóreas, las bostas y la corta de árboles, analizamos el tocón y a través de esa medición estimábamos el volumen extraído, usándolo como variable para explicar la regeneración”. Se estudiaron las 10 especies más abundantes, pues con poca abundancia los modelos no son muy predictivos.
Efectos del ganado
Según el estudio, un claro efecto del ganado sobre el bosque es que lo están simplificando. “El bosque siempreverde es el más diverso que hay en Chile y la tala selectiva o floreo y, en mayor medida, la ganadería lo están simplificando. Existen especies que son favorecidas por la ganadería, como las mirtáceas, el arrayán, la patagua, ya que las vacas inhiben a las competidoras. Pero por otro lado, tienen impacto negativo en varias especies muy importantes para el bosque siempreverde que son las de sucesión tardía, es decir las que se establecen después que llegan las pioneras: mañio, tepa, laurel”, explicó.