Son plantas diminutas, sin flores, semillas ni frutos y sin tejido vascular ni raíces verdaderas, y se dividen en tres grupos: hepáticas, antocerotes y musgos.
¿Cuál es la diferencia entre las briófitas y el resto de las plantas? Fue la pregunta con que el biólogo de la UACh, Felipe Osorio, comenzó su charla sobre la ecología, diversidad y conservación de las briófitas de Chile. La escasez de investigadores en esta área lo motivó a difundir sus conocimientos. Así lo hizo en la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, donde compartió el estado del arte frente a estudiantes y comunidad universitaria en general.
“Son extremadamente simples debido a la ausencia de tejido diferenciado. Además, presentan un ciclo de vida alternado dominado por un gametofito fotosintético y un esporófito monoesporangiado reducido y unido al gametofito”, aseguró Osorio.
“Son plantas diminutas, sin flores, semillas ni frutos y sin tejido vascular ni raíces verdaderas”, indicó, agregando que se dividen en tres grupos: hepáticas, antocerotes y musgos. Todas plantas de transición, ancestrales, que, generalmente, se encuentran en lugares húmedos debido a la falta de tejidos conductores.
Felipe Osorio también entregó diversas cifras relevantes para entender la existencia de estas plantas. Por ejemplo, que existen alrededor de 17 mil especies briófitas a escala global, de ellas 1.471 se encuentran presentes en Chile. Es decir, cerca del 10% de la «flora briológica» mundial está en nuestro país y el 50% de esa flora es endémica de los bosques templados del Cono Sur de América. En cuanto a la Región de Los Ríos, Osorio indicó que se estima que hay alrededor de 282 especies de musgos. Con estos datos tan relevantes es una paradoja para el investigador el que existan tan pocos científicos dedicados a su estudio.
“Siempre me preguntan por qué me gustan las briófitas. Es porque presentan una enorme variedad de formas y colores, es un micromundo maravilloso que les invito a conocer”, enfatizó.
Briófitas de importancia en Chile
Una de las briófitas relevantes existentes en nuestro país a las cuales el experto se refirió es el Sphagnum (más conocido como “pompón), musgo que es componente principal de las turberas. Entre sus peculiaridades está su capacidad de absorber hasta 13 veces su peso seco en agua. Esta característica lo ha llevado a ser muy requerido para rellenar maceteros, ya que mantienen de buena manera la humedad, así como también ser convertido en relleno para pañales.
Asimismo, hizo énfasis en las turberas, ecosistema que alberga especies únicas de flora vascular que crecen solo en estos ambientes, como lo son las especies de plantas carnívoras Drosera uniflora o Pinguicola antarctica.
Lamentablemente, la extracción sin regulación del musgo Sphagnum trae como consecuencia la destrucción de las turberas que hoy en día son ecosistemas seriamente amenazados. Las turberas cubren cerca del 3% de la superficie terrestre, abarcando alrededor de 399 millones de ha, de las cuales 3,1 millones de ha de turberas se encuentran en Chile. Estos ecosistemas son enormes y eficientes sumideros de carbono que han sido capaces de retener alrededor de 644 gigatoneladas de carbono, siendo 1,7 veces más eficientes que la biomasa aérea de todos los bosques del planeta.
Los musgos y el bosque
Sabiendo que los picaflores recubren sus nidos con helechos y musgos, Felipe Osorio se propuso determinar cuáles eran las especies que los componían. Para ello estudió una serie de nidos del “Picaflor chico” (Sephanoides sephaniodes) del Parque Oncol. Encontró 3 especies como material de anidamiento, pero una de ellas estaba en el 100% de los nidos analizados: el musgo Ancistrodes genuflexa. Si bien las tres especies encontradas poseen propiedades antibacteriales, antifúngicas y repelente de insectos, el investigador se preguntó qué tenía de particular el musgo que había sido seleccionado por los picaflores para la confección de todos sus nidos. “Posee un ácido tóxico para los mamíferos que son una amenaza para los nidos. Es decir, los picaflores hacen un nido excepcional. Estos estudios permitieron comprobar que los musgos son un componente clave dentro de un bosque, entre árboles y aves”, afirmó.