* Acceda al video de la exposición del Rector Peña aquí.
“Si queremos ser fieles al sentido de esta crisis, que consiste en reivindicar para la escuela los viejos valores de la igualdad a cuyo amparo surgió en Occidente, es imprescindible impedir que la cuna marque a fuego el destino de los niños y niñas. Es imprescindible diseñar el sistema escolar de manera que sea el principal antídoto contra la existencia de sociedad de herederos en que poco a poco nos hemos convertido”.
Así de claro fue el Rector de la Universidad Diego Portales Carlos Peña durante su conferencia magistral “El sentido de la crisis educacional”, en el marco del “Seminario sobre la Crisis Educacional en Chile: Aportes desde la Reflexión Académica”, organizado por la Escuela de Graduados de la Facultad de Filosofía y Humanidades UACh con motivo de la acreditación por seis años del Programa de Magíster en Educación, mención Política y Gestión Educativas.
En la actividad realizada la mañana de hoy jueves 22 de septiembre en el Auditorio CIDFIL de la Fac. de Filosofía y Humanidades planteó la necesidad de que la sociedad chilena se preocupe de la educación en la primera infancia y que la gratuidad de la educación sea un principio que debe mantenerse a nivel del sistema escolar. “Parece bastante obvio que hay que suprimir el financiamiento compartido porque opera en el sentido contrario, es decir asocia el tipo de escuelas al nivel de rentas”, dijo.
No obstante fue enfático en señalar que “la gratuidad a nivel de la educación superior daña la igualdad en vez de fortalecerla. Como el acceso al sistema de educación superior depende del rendimiento y éste del origen socioeconómico, los que acceden a los cupos más prestigiosos del sistema universitario chileno son los más ricos. Conferir gratuidad total en la educación superior es regresivo. Da más a lo que tienen y quita a los que no tienen. Se produce el efecto Mateo que se describe en sociología. Es mejor un sistema con becas para quienes poseen mayores desventajas y créditos estatales con pago contingente para los más ricos”.
Asimismo propuso que “las transferencias de recursos al sistema escolar debieran diferenciarse en razón de la renta de las familias”, junto con “abandonar la superstición mercantilista” que plantea que “el sistema escolar se organiza como un mercado en el que los padres y familias son los consumidores”, no obstante “la desigualdad no se corrige si no que se acrecienta, ya que no basta que usted elija para que su elección sea libre y favorezca su libertad; es necesario que su elección sea reflexiva y los niveles de reflexividad dependen del capital cultural previo y el habitus de clase que también es una fuente de desigualdad”.
Aumentos de coberturas y problemas
En la primera parte de su exposición, el columnista de El Mercurio hizo una revisión de autores y hechos de la historia occidental, señalando que no tienen más de 200 años los “sistemas escolares de masas”, vinculados al ideal democrático que subyace a las escuelas y que busca corregir la distribución de bienes y oportunidades de acuerdo al desempeño y no a la cuna.
Al aterrizar estos planteamientos a la realidad chilena subrayó que hace pocos años atrás ha aumentado la cobertura de la educación primaria, secundaria y universitaria –esta última se ha ampliado de un 7% a un 45%-. No obstante, el problema es que la gran cantidad de establecimientos privados replican las desigualdades de origen –aspecto en el que Chile difiere de los países de la OCDE que tienen un gran aporte estatal-, lo que impacta en el resultado de pruebas estandarizadas como la PSU o el Simce, continuando la segregación en la educación superior.
Al respecto sostuvo que “hay igualdad de acceso al sistema escolar pero desigualdad a la hora de aprender”. Además puso en relieve el impacto que tiene el nivel educacional en la posterior distribución de las rentas o de las oportunidades sociales, lo cual, dijo, genera “una profunda frustración para los jóvenes que recién se incorporan a la educación superior”.
Esto porque “lo que ocurre como lo sugirió Bourdieu (Pierre) en su famoso estudio sobre la distinción es que los sectores históricamente marginados de la educación superior esperan encontrar hoy día en la Universidad los bienes que ella proveía cuando era un bien de menorías. Hace 30 o 40 años atrás ingresar a la Universidad en Chile era incorporarse a la élite desde el punto de vista del prestigio y la renta. Un título universitario en Chile hace 30 años atrás era un verdadero sucedáneo de un título de nobleza. Hoy día, sin embargo, cuando los sectores históricamente excluidos acceden por primera vez a la Universidad, ésta es un bien masivo que ya no provee esa ventaja y no otorgan ningún aura”.
La mirada institucional
A su turno, el Prorrector Dr. Juan Omar Cofré planteó que “materias como éstas no son nuevas, son materias de siempre, son problemas de la humanidad”, y en Chile, dijo, ha sido una constante desde la Independencia por lo menos. Sobre esto se refirió a las discusiones que sostenía en el siglo XIX el intelectual Andrés Bello con los conservadores de la época. Para Bello, indicó, “la educación es un tema no solo de cultura si no que está íntimamente relacionado con la economía”.
Siguiendo esta idea, aseguró que “nuevamente se enfrenta cierta concepción liberal a ultranza con una concepción liberal también que de algún modo propicia que el Estado tiene responsabilidades de las cuales no puede abdicar”.
Por su parte, el Director Escuela de Graduados de la Facultad de Filosofía y Humanidades UACh Dr. Rodrigo Browne celebró la acreditación por seis años del Magíster en Educación, mención Política y Gestión Educativas. Esto porque fue “una de las acreditaciones más inesperadas”, pasando de no tener esta certificación a contar durante seis años con este sello de calidad. Asimismo dio por inaugurado el segundo semestre académico de la Escuela de Graduados de esta Facultad y agradeció a quienes hicieron posible esta acreditación.
Debate y reconocimientos
Más tarde se realizó una Mesa de Debate titulada “Crisis educativa y Acreditación: Apuntes desde el Proyecto Educativo del Magíster en Educación Mención Política y Gestión Educativas”, que contó con la participación del Mg. Erwin Muñoz, graduado del Programa y Jefe Técnico DAEM de Futrono, el Dr. Christian Miranda, Coordinador del Magíster en Educación de la Universidad Austral, y Carlos Peña, Rector de la Universidad Diego Portales. La actividad fue moderada por el Dr. Sergio Toro, académico del Instituto de Filosofía y Estudios Educacionales de la UACh.
Erwin Muñoz señaló que “en las escuelas existimos dos tipos de profesores: existimos profesores que nos vamos a desempeñar siempre en las aulas y existimos profesores que a veces buscamos liderar los procesos. Yo no estoy minimizando uno ni ensalzando otro, es tan importante la labor del docente que logra aprendizajes en las aulas con alumnos con mucha vulnerabilidad, con muchos problemas, como también es importante que existan docentes que lideren los procesos y que las grandes políticas educacionales las lleven al aula en beneficio del aprendizaje estudiantil”.
“Cuando alguien me pregunta qué significa para mí el Programa de Magíster en Educación, yo soy enfático en decir que uno cuando ingresa a un Programa de Postgrado ya está poniendo un pie fuera del aula. No arrancando del aula, sino que uno ya está asumiendo otra mirada para dirigir sus procesos educativos en las escuelas. Y el Programa de Magíster nos ayuda mucho en cómo orientar en nuestros establecimientos en beneficio del aprendizaje estudiantil”, destacó Muñoz.
En la ceremonia, además, se realizó un reconocimiento especial a los académicos Dr. Héctor Pérez y Dr. Christian Miranda, por su destacada participación y compromiso con el Magíster en Educación Mención Política y Gestión Educativas y su reciente acreditación de 6 años por la CNA.