«En Chile, se ha acumulado una colección abundante de leyes, y decretos para modificación de éstas, reglamentos y normas, que están causando más restricción que fomento a la actividad forestal, profesional y empresarial, en el país, lo que origina desorientación y por lo general promueve acciones ilegales». Esta es una de las conclusiones del Seminario-taller «Bosque y Sociedad», el cual se realizó el jueves 25 y viernes 26 de septiembre en la Universidad Austral de Chile (Campus Isla Teja).
Igualmente se afirma que la «intrincada» legislación forestal chilena debe ser reemplazada por una ley general de bosques «clara», que trace los principales lineamientos que la sociedad chilena necesita para poder proyectar un desarrollo forestal real. «Una ley general de bosques no significa que no puedan reformularse leyes específicas, como la de fomento a la forestación, la recuperación del bosque nativo, la de las áreas silvestres protegidas o la de la organización institucional», se agrega en el documento.
«En Chile la percepción ciudadana es que el bosque es un obstáculo para algunos desarrollos (agropecuario-económico), almacén de bienes (leña, madera) o establo para los animales», se explica. No obstante -se asegura- el deterioro del medio ambiente por el crecimiento urbano y de la calidad de vida en el medio rural por una parte, y la participación creciente del sector forestal y del turismo en la economía del país por otra, están causando un cambio de esa percepción.
«Es urgente que más de 5.200.000 hectáreas de bosque nativo, hoy subutilizados y degradados, sean incorporados a la actividad forestal, la que debe tener como objetivo formar bosques de alta productividad y sostenibles en el tiempo, previendo en primer lugar el beneficio de la sociedad local, además de contribuir al bienestar nacional y global», se consigna.
«La participación de la sociedad local -se agrega- en el mejoramiento económico, causado por la actividad forestal, debe ser un objetivo principal tanto en el sector rural del área con bosque nativo, como también en aquellas comunidades con plantaciones forestales. Sólo cumpliendo con este objetivo la actividad forestal será realmente sostenible en el tiempo y recibirá la aceptación ciudadana que requiere. En este contexto merece especial mención la situación de los pequeños propietarios, los que desconocen o no comprenden la legislación y su aplicación».
«Para ello la profesión de Ingeniero Forestal, complementada por técnicos y operarios adecuadamente capacitados, debe asumir la responsabilidad tanto del ordenamiento del bosque en el paisaje, integrándolo en equilibrio con los otros usos del suelo, como también del manejo del bosque, ya que la complejidad de los conocimientos y técnicas actuales, sobre y para el sistema bosque mismo, así lo exigen», se puntualiza en el documento.
Mayores informaciones: Prof. Juan Schlatter, Director del Instituto de Silvicultura de la Universidad Austral de Chile y del Colegio de Ingenieros Forestales Región de Los Lagos, Fono:56-63-221058, Email: jschlatt@uach.cl