“Pueblo Mapuche: Deuda Histórica y Derechos Políticos” se denominó el foro en el que participaron los académicos de la Facultad de Filosofía y Humanidades UACh Debbie E. Guerra M., Roberto Morales U. y Rodrigo Moulian T.
La actividad abierta se llevó a cabo el lunes 4 de octubre a las 18 hrs. en el Auditorio 4 del Ed. Nahmias, Campus Teja.
Convocaron al encuentro el Instituto Ciencias Sociales y el Instituto Comunicación Social, ambos de la Facultad de Filosofía y Humanidades UACh.
Diversos puntos de vista
El Prof. Rodrigo Moulian hizo una reflexión del marco en el cual se da las actuales movilizaciones que conducen a la huelga de hambre. Esto, poniendo énfasis en el conflicto existente entre el Estado y la sociedad chilena y el pueblo mapuche.
“Mi idea fue reflexionar sobre las condiciones en que se constituye el actual orden social y la ocupación territorial en base a la conculcación de los derechos sociales, culturales y políticos de la nación mapuche”, dijo.
Igualmente hizo referencia “al desarrollo de las políticas etnocidas tendientes a hacer desaparecer a la nación mapuche, blanquearla, aniquilar sus principios de reproducción y cómo éstas continúan con el tiempo. La base de la relación ha estado dada por un intento de negación, borramiento de las diferencias, homogeneización”.
Por su parte, el Prof. Roberto Morales se refirió a “la deuda histórica que nuestra Universidad tiene respecto al pueblo mapuche. Es decir, lo que se ha hecho, lo que se ha querido hacer y lo mucho que se podría hacer”.
En ese marco propuso revisar ámbitos como la responsabilidad social, vinculación con el medio, interculturalidad y respeto a los derechos humanos. Además de “revisar por ejemplo cuán intercultural es la formación que reciben nuestros estudiantes”.
A su turno, la Prof. Debbie Guerra planteó su experiencia como antropóloga en las comunidades en las que ha trabajado.
En su opinión, “uno de los elementos más importantes que pone en juego esta huelga de hambre es el tema de la diversidad, de que somos un país plural en el cual no solamente están los chilenos sino que también el pueblo mapuche y los otros pueblos originarios y los gitanos, por ejemplo. Es decir, que hay otras formas de entender el mundo y vivir”.
Para la académica, esto nos plantea como país lograr articularnos en esta pluralidad y además siendo respetuosos de los otros y las otras. Sin embargo “somos un país que se caracteriza por un profundo racismo, que ha generado una política de exclusión de los pueblos originarios con una idea equivocada de la integración y la unidad”.