Inmerso en una localidad que no supera los 40 mil habitantes, aseguran que no realizan un proceso de selección de sus estudiantes, sino más bien una prueba de diagnóstico que es aplicada en octubre de cada año, dando a así, a los postulantes con calificaciones más bajas, la posibilidad de prepararse durante los meses posteriores y sobre todo “asumir un compromiso, personal y como familia para poner todo de su parte y superarse progresivamente si deciden ingresar a este colegio”, explican.
Si bien los resultados podrían llevar a pensar lo contrario, aquí no se desarrolla un plan especial de preparación para estas pruebas, “para el Simce, sólo enseñamos la forma en que se responde, es decir, familiarizamos a los estudiantes con la selección múltiple. En el caso de la PSU, se dan todas las facilidades para que a partir de octubre, una vez finalizado el semestre, los alumnos puedan ejercitar o estudiar lo que estimen conveniente”, señalan los docentes.
Entonces…¿Qué hacen?
En palabras de su Director, el Profesor Kurt Köhler, el signo de efectividad de la enseñanza en su colegio deriva de la acentuación del vértice “alumnos” dentro del clásico triángulo educativo que completan los “contenidos” y los “profesores”. La primacía de los escolares significa que las materias y el esfuerzo de los maestros deben estar al servicio del aprendizaje de los alumnos conforme a sus diferencias individuales y, a la adaptación que los profesores deben hacer de los contenidos. Para Köhler, lo más importante de esta relación es crear y cumplir con el principio de autonomía del alumno, que sea más activo y que no espere que el profesor le entregue todo preparado. Es un concepto muy vigente en Alemania, país de donde él llegó para hacerse cargo del colegio.
Introducen método que fomenta la autonomía
Una de las modalidades de instrucción que se han venido utilizando en los colegios alemanes de Chile es el método de las estaciones. Consiste, en términos globales, en un ejercicio de co-enseñanza en el que los estudiantes se dividen en grupos heterogéneos y trabajan en distintas mesas, dispuestas con tareas diferentes con cierto sentido de secuencia. El criterio normal de diferenciación de las estaciones es el de las capacidades: estación para pensar, para escuchar, para hablar, para leer, y para escribir. Normalmente, son cinco estaciones para grupos de cinco alumnos bajo la supervisión del profesor. Se trata de perseguir un aprendizaje centrado en las necesidades educativas del estudiante. El alumno participa activamente en el proceso de aprendizaje y consigue un mayor desarrollo de sus capacidades de razonamiento, de autoaprendizaje y de evaluación. Además es una forma de aprendizaje basado en la práctica, que permite al estudiante la adquisición de las competencias básicas de la educación escolar.
Actualización permanente
Con el objetivo de mantenerse a la vanguardia de la educación, cada año los profesores asisten a capacitaciones y cursos de formación que les permiten actualizar sus métodos de enseñanza, gracias a esto, y a la visión educativa del colegio, han podido trasladar el interés por los contenidos, al desarrollo individual de los estudiantes. “El trabajo que estamos llevando a cabo tiende a desarrollar las habilidades superiores, lo que nos permite formar a un alumno integral, que puede aplicar en la vida diaria lo que aprende en el colegio y a la vez obtener buenos puntajes al someterse a estos instrumentos de medición”, comenta el Profesor de Historia y Geografía, Joel Lespai.
Por otra parte, la planificación de algunas asignaturas contempla profundizar en contenidos de nivel universitario. Gracias a la retroalimentación que se genera con los egresados, los docentes obtienen un panorama de qué es lo que se está abordando y lo utilizan como guía.
“Por ejemplo en Matemáticas trabajamos materias que se ven en Ingeniería en la Universidad de Chile o Católica, en Historia y Geografía se recomiendan como lectura opcional los textos que tendrán que leer en educación superior. Es habitual que los ex alumnos lleguen y nos digan que sigamos así porque eso es lo que se necesitará en la universidad”, comentan.
Si bien la orientación del establecimiento es educar para la vida y no para la universidad, en materia académica los buenos resultados se mantienen en el tiempo, “los estudiantes que rinden un buen Simce en 4° básico, lo replican en la PSU y posteriormente en la universidad, lo que avala nuestra forma de trabajo”, coinciden los profesores, agregando que, “más allá de ingresar a la universidad, lo importante es mantenerse”, y esto también lo logran.
Para el director, y sin dejar de lado que una mejor educación requiere más recursos, menos burocracia y primacía de alumnos en lugar de los contenidos, uno de los aspectos que se puede mejorar en el corto plazo, es el del rol que el profesor cumple en la sala de clases, “él es una autoridad, debe ser respetado, guiar al alumno sin convertirse en su amigo”, señala fundamentando que la disciplina y el establecimiento de normas beneficiará tanto a estudiantes como profesores, dentro y fuera del aula.