«(…) Claudio Bravo, soy académico del Instituto de Ciencias Químicas (UACh), Facultad de Ciencias…» Inicia la grabación con la que se registró esta distendida conversación luego de descubrir el lugar de operaciones del Instituto de Ciencias Químicas de la Facultad de Ciencias de la UACh, el cual está en el patio de atrás de los institutos de Microbiología y Bioquímica; o dicho de otro modo, «lejos del ojo del huracán» como lo planteó entre risas el Dr. Bravo. También debo aclarar que sí le pregunté acerca de las bromas que le deben hacer como arquero de la selección chilena, pero no ahondamos mucho en el tema.
En lo estrictamente académico, el recientemente premiado investigador ha resaltado cuatro aspectos de su quehacer. En primera instancia, busca el potencial uso de biosolventes sintéticos para limpiar zonas costeras después de un derrame de petróleo. En paralelo se encuentra desarrollando una línea investigación donde desea identificar y determinar las fuentes de la contaminación atmosférica por material particulado fino (PM2.5) a través de su composición química y métodos estadísticos multivariados. En una tercera labor, se ha concentrado en desarrollar métodos que permitan el conocimiento de causas y niveles de compuestos producidos de la desinfección de agua potable. Y finalmente, una de sus inquietudes más recientes lo ha llevado a evaluar fuentes de erosión de suelos utilizando isótopos estables.
Respecto del reconocimiento, investigador joven del 2015 ¿cómo lo recibes?
Bueno primero con mucha humildad, porque al mismo tiempo se reconoce el esfuerzo -en este caso mío-, yo usé el tiempo de mis otros colegas, y siempre hay uno que tal vez pueda ser destacado; también siento que en algún momento debería cumplirse lo mismo con los otros colegas que trabajan arduamente. Lo tomo también con mucho agradecimiento, por el contexto, por toda la trayectoria que he tenido en la universidad… Como un premio al esfuerzo.