Los profesionales de la División Central de Protección Agrícola y Forestal del Servicio Agrícola y Ganadero -SAG-, Marcos Beeche y Alex Opazo, expusieron cómo esta institución aborda el problema de las plagas forestales en Chile y cómo han avanzado en la protección de la sanidad del país (bosques nativos, arbolado urbano y plantaciones). Esta jornada se llevó a cabo en el marco del curso Protección de Bosques (CBIT 210), a cargo del Prof. Dr. Cristian Montalva, de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile (UACh).
En su presentación, Marcos Beeche explicó que el SAG es la institución responsable de la vigilancia, control, y del diagnóstico oficial de las plagas, control fitosanitario de importaciones, certificación de exportaciones y del control de pasajeros, equipajes y medios de transporte internacional. Su labor es especialmente importante hoy, ya que el crecimiento del comercio internacional ha incrementado el riesgo de ingreso de plagas al país.
“El objetivo de la vigilancia y control de plagas forestales es reducir los daños que estas puedan provocar a las plantaciones, arbolado urbano y bosque nativo, mediante inspección a los embalajes de madera de internación, inspección y control de naves procedentes del extranjero, vigilancia fitosanitaria oportuna, control oficial y, además, la implementación de programas de control biológico”, comentó Beeche, recalcando que cuando se abre una nueva ruta de comercio, se abre también una nueva ruta para el ingreso de plagas.
El profesional explicó que “sentimos que hemos avanzado bastante en la protección de las plantaciones, pero la misión ahora es incorporar plagas cuarentenarias a nuestro listado de las potencialmente dañinas al bosque nativo de Chile”.
Control biológico como medida efectiva
Por su parte, Alex Opazo destacó al control biológico como una de las mejores estrategias de control en el recurso forestal. “Consiste en ingresar a los enemigos naturales de la plaga para que la controle. Esta medida tiene ventajas permanentes en el tiempo, y si bien al comienzo es una gran inversión, a largo plazo es una medida más económica”, explicó. Sin embargo, advirtió que esto debe cumplir ciertos requisitos. Uno de ellos es que necesita ser específico para la plaga que se quiere controlar, de lo contrario será dañino para otros insectos.
En este sentido, dio ejemplos de programas implementados por el SAG que han sido exitosos, logrando reducir las poblaciones de insectos.
Por otro lado, también se refirió al Programa de Vigilancia y Control Oficial, donde mencionó a Sirex noctilio o avispa de la madera del pino, plaga de origen europeo. “Esta plaga actualmente se encuentra suprimida entre las regiones del Bío Bío y Los Lagos, se ha logrado controlar en forma progresiva”, indicó.
Explicó también la labor de vigilancia fitosanitaria que se ha hecho a Araucaria araucana. Al respecto, Opazo informó que no se han detectado plagas cuarentenarias exóticas asociadas a la especie.
El Prof. Cristian Montalva valoró la exposición de los profesionales del SAG, “dado que esta actividad vino a reforzar los conocimientos que nuestros estudiantes adquirieron durante este primer semestre en esta asignatura. Las experiencias contadas de primera fuente por estos profesionales son muy valorables, como, por ejemplo, lo complejo que es la introducción de un parasitoide al país, desde el lugar de origen de la plaga, o las dificultades que muchas veces tienen que enfrentar en las cuarentenas post entrada”.