<p align="justify">Con el propósito de determinar cómo el uso del suelo afecta su potencial productivo futuro, investigadores de la <a href="http://www.uach.cl/">Universidad Austral de Chile</a>, desarrollan el proyecto “Caracterización de los procesos de transporte de agua y aire en suelos derivados de cenizas volcánicas en el sur de Chile: Efecto del grado de desarrollo estructural y del manejo del suelo sobre el desarrollo de la curva de retención de agua, la permeabilidad de aire, la contracción y el movimiento de agua en el suelo en fase saturada y no saturada”.</p><p align="justify">Se trata de un estudio Fondecyt liderado por el Dr. José Dörner del Instituto de Ingeniería Agraria y Suelos de la Facultad de Ciencia Agrarias de la UACh, quien junto a su equipo conformado por estudiantes tesistas y por la investigadora asociada Dra. Dorota Dec, analizan el comportamiento hidráulico en suelos volcánicos de la X y XIV Región.</p><p align="justify">Los plantas –aclara el Dr. Dörner- no sólo necesitan nutrientes sino también agua y aire y, en ese sentido, los suelos volcánicos del sur de Chile tienen características que son “extraordinarias y que difieren, en cierta medida, de los suelos de otras partes del mundo. La información que obtengamos es muy relevante, pues a nivel mundial no hay mucha investigación en esta área Además, los suelos derivados de ceniza volcánica corresponden a menos del uno por ciento de los suelos del mundo”.</p><p align="justify">La capacidad que el suelo tiene para transportar agua y aire es fundamental para que las plantas cultivadas puedan expresar su potencial productivo. Es por ello, que este estudio también esta orientado a analizar los cambios en los contenidos de agua, aire y de la temperatura del suelo bajo diferentes sistemas de manejos con la ayuda unidades de mediciones en terreno.</p><p align="justify">Se trata, por ejemplo, de evaluar cómo cambia la capacidad que tiene el suelo para almacenar agua, en sistema de bosque o en sistema de praderas o cultivo. “Ahí hemos podido evaluar que en la medida que el manejo del suelo se hace más intensivo disminuye la capacidad que éste posee para almacenar aire y va aumentando su capacidad para almacenar agua. Son cambios cuantitativos y cualitativos que se van dando en función del uso que se le de”, explica el investigador.</p><p align="justify"><strong>Resultados de la Investigación Permitirán Realizar Predicciones</strong></p><p align="justify">Durante el primer año (2007) se estudiaron los cambios temporales que presenta la porosidad de un suelo bajo cultivo como consecuencia de los procesos de contracción e hinchamiento.</p><p align="justify">Para caracterizar las variaciones temporales en el contenido de humedad y tensión de agua en el suelo, se instalaron dos estaciones de monitoreo en un predio en San José de la Maqriquina de propiedad de don Claus Prehn, específicamente en un renoval de bosque nativo y en una pradera de 50 años de uso, lo que permitió conocer la magnitud del secado y mojado en condiciones de campo; determinar la conductividad hidráulica en fase no saturada de terreno y utilizar los datos para la validación de la modelación del movimiento de agua.</p><p align="justify">Durante el segundo y tercer año, se evalúa el efecto del desarrollo estructural y de manejo sobre las propiedades físico-mecánicas del suelo, enfatizando aquellas que permitan caracterizar procesos de transporte en dichos suelos, tales como movimiento de aire, y agua y como estos procesos se ven afectados por la contracción que sufre el suelo en la medida que este se seca. </p><p align="justify">“En estos dos años hemos realizados un gran número de mediciones y producto de eso ya hemos presentado tres trabajos en congreso y publicaciones que aun se encuentran en arbitraje. La idea es publicar no tan sólo en revistas internacionales sino también en revistas de circulación nacional, para que la información esté disponibles”, afirmó el académico.</p><p align="justify">Este último año se valorará cómo se van produciendo cambios en la estructura del suelo desde la labranza hasta la cosecha. </p><p align="justify">“Con la labranza se rompe la estructura del suelo y después, cuando caen precipitaciones y, posteriormente, el suelo se seca, éste se va asentando, va cambiando nuevamente cuando entras con maquinaria para hacer labores de fertilización o aplicación de herbicidas. Todo eso va teniendo un efecto sobre la estructura y sobre los procesos que dependen de ella”, indicó el experto.</p><p align="justify">La evaluación se efectúa desde un punto de vista físico, a través, de cilindros donde se hacen mediciones de cuánto es el aire y la cantidad de agua que pasa a través de la muestra. Además trabajan con equipos de monitoreo en terreno para establecer cómo fluye el agua dentro del suelo.</p><p align="justify">A partir de los datos recogidos se pueden plantear distintos escenarios, por ejemplo, qué pasaría si un año es extremadamente seco o con exceso de precitaciones. Las mediciones permitirían hacer predicciones gracias a la información obtenida en terreno y en laboratorio.</p><p align="justify">“Todos los cultivos se sustentan en la fertilidad que tiene el suelo, es un recurso natural base para la alimentación de las personas. Si el suelo se degrada no va a tener el potencial que tuvo para poder mantener un cultivo en el tiempo, lo que es fundamental para el rendimiento”, recalca el especialista.</p>