“Nosotros a través del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal) que tiene base en la UACh, a partir del 2017 tenemos registros y hemos estado midiendo la temperatura de manera regular en todas las estaciones del año. Con esta información pudimos publicar recientemente un artículo donde identificamos y analizamos las consecuencias de olas de calor durante el verano, no obstante, además, evidenciamos que a partir del invierno del 2022 estás olas de calor se registran en invierno y son de larga duración, ya que en 2022 registramos una ola que se extendió por 170 días”, indicó la académica.
Olas de calor
Para determinar qué es o no una “ola de calor” el equipo de trabajo que está integrado, también, por la oceanógrafa Paula Amador y el oceanógrafo Octavio Mercado, explicó que se utilizaron métodos que incluyen registros de temperatura de larga data, al menos 30 años previos al presente observado, y con ello se establece un promedio o umbral. Si la temperatura del océano ha aumentado por sobre ese umbral durante más de 5 días, clasificamos a ese evento como una “ola de calor”.
En esta línea, según Andrea Piñones, “estamos cambiando el medio ambiente a componentes abióticos del sistema (el hielo, por ejemplo) los cuales son muy importantes en todo ecosistema, y, particularmente, en este caso la temperatura influye en el hielo marino como un factor ambiental clave”.
Agregó que, “estamos observando que estos eventos son más recurrentes y con mayor impacto. Sin lugar a dudas vamos a tener cambios de comunidades fitoplanctónicas, efectos en el ciclo de vida del krill y los organismos que dependen del krill, ya que este último depende del hielo marino que se ve impacto con los eventos de calor”.
Focas de weddell
El estudio que se está desarrollando en el marco del FONDECYT Regular 1210988 el cual ha permitido observar parámetros como temperatura y salinidad con sensores llamados “termistores”, los cuales están en cuatro 4 puntos en la Isla Rey Jorge, a 10 metros de profundidad, capturando datos cada media hora.
Sin embargo, los veranos del 2022-23 las focas de weddell han sido fundamentales en este proceso, porque han ayudado a las y los investigadores en su labor midiendo y registrando las variables de su entorno en sus actividades diarias ¿cómo? gracias a que se les implementó, sin riesgo para ellas, sensores de temperatura y salinidad.
“Fueron 4 focas implementadas en 2022 y 5 en el año 2023 las cuales nos han permitido tener un buen set de datos procedentes de donde es imposible acceder con metodología tradicional de monitoreo oceanográfico”, finalizó la Dra. Piñones.