“Los 3 primeros meses estuve a cargo de mantener las colecciones de especies icónicas a nivel nacional y mundial. Son 49 hectáreas que albergan plantas características de países como Tasmania, Japón, Bután, etc.”, explicó Diego Penneckamp.
Destacó que en este mismo Jardín se encuentra un área reservada para especies chilenas, “muchas de ellas amenazadas, entre estas plantas se encuentran por ejemplo helechos del Archipiélago de Juan Fernández”.
El último mes de su estadía el estudiante trabajó como ayudante de investigación en el jardín principal. “Trabajé un tema poco conocido en Chile: morfología floral. Esta área se encarga de ver los caracteres de las flores y los correlaciona con la evolución de los distintos grupos de plantas. Estuve viendo la anatomía de las flores de los ulmos de todo el mundo”.
Respecto a esta experiencia Penneckamp valoró las condiciones que allá existen para aprender, “por ejemplo, en la biblioteca se puede conseguir material muy específico”. Sin embargo indicó que es en Chile “donde tenemos la biodiversidad y aún se puede hacer bastante para mantenerla, Estando en otro país se aprende a valorar mucho más lo que tenemos en términos de biodiversidad, por lo tanto es acá donde hay que trabajar por la conservación de los recursos”.
La práctica profesional de Diego Penneckamp retoma antiguos lazos entre la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh y el Jardín Botánico de Escocia.