“Entré con bastón y salí sin bastón” afirmó Alicia Aguilar, una de las mujeres que participaron como beneficiaria del proyecto desarrollado por los jóvenes, mientras que Gamaliel Ulloa, no tenía palabras para expresar su agradecimiento hacia la Universidad y especialmente hacia “las niñas” que tan bien hicieron a su salud, por su trato tan cercano y amable.
Se trata del trabajo comunitario realizado por un grupo formado por estudiantes de la Carrera de Enfermería, liderado por alumnas de 4°, bajo la coordinación de la tutora, profesora Sylvia Gómez, con la participación de compañeros de 2°y 3° año; quienes brindaron apoyo a las necesidades de la Agrupación Esperanza Viva, que tienen problemas de úlceras venosas y heridas crónicas que se presentan en sus extremidades inferiores.
Al respecto la estudiante Camila Avendaño Coñuecar dijo: “Nuestros trabajo consiste en suplir el máximo de sus necesidades. Para eso hicimos una pesquisa y la que mayor prevalencia presentó era la de contar con recursos para financiar sus tratamientos que son bastante costosos. Por la enfermedad que tienen ellos deben comprar con frecuencia medias comprensivas, que tienen un valor aproximado de 48 mil pesos”.
Como una manera de apoyarlos, los jóvenes organizaron una venta de bodega y un taller de emprendimiento para que ellos puedan financiar su tratamiento. En la venta de bodega, colaboraron reuniendo materiales para vender.
El lunes de la presente semana desarrollaron una sesión educativa sobre Prevención de Accidentes y un Taller de Ejercicios para mejorar la circulación de extremidades inferiores, además del cierre del trabajo comunitario. “Con la participación de estudiantes de Kinesiología se les enseñaron ejercicios para sus extremidades inferiores, porque ellos tienen problemas de retorno venoso y con estos ejercicios puedan aprender a mejorarlo”, comentó Camila Avendaño.
Durante la semana pasada y antepasada efectuaron talleres sobre cuidado de los pies y atención podológica, en la Universidad Santo Tomás, para lo que gestionaron la participación de una podóloga.
Gamaliel Ulloa manifestó: “Espectacular las actividades que hemos tenido con estas niñas; esto es extraordinario. Estamos muy agradecidos de esta oportunidad que nos da la Universidad. Es una actividad tan humana, familiar, cercana a la comunidad. Desde los 9 años he tenido contacto con médicos, enfermeras y técnicos paramédicos, pero no se les podía ni hablar, eran como dioses. Con estas jóvenes hemos tenido un acercamiento muy estrecho uno primero se mejora sicológicamente y después físicamente. Ellas trabajan de una manera que complementan un área súper importante”.
También expresó su gratitud la señora Alicia Aguilar, quien padece de artrosis lumbar: “Entré con bastón por lo rígidos que tengo los miembros y voy saliendo sin bastón. Estas señoritas han hecho una maravilla. Nos enseñaron por ejemplo que cuando uno se cae, primero hay que quedarse inmóvil, luego afirmarse en algo y pararse. Nos enseñaron cómo hacer ejercicios con bandas elásticas, para mover el cuerpo, los brazos, las piernas”.
Cabe señalar que el trabajo comunitario inserto en la malla curricular de la Carrera de Enfermería, junto con tener un impacto significativo en la formación de los estudiantes de la UACh, se identifica plenamente con el paradigma de la sustentabilidad que propone el APL Campus Sustentable en todos los ámbitos del quehacer universitario.
Esperanza Viva
Esta agrupación de adultos y adultos mayores nace de la necesidad de formar redes de apoyo y vínculos con otras personas en condiciones similares para encontrar soluciones a los problemas que los afectan. En particular, la falta de provisión de una atención de salud integral para el tipo de heridas que tienen, ya que requieren del sistema compresivo, un tratamiento específico de alto costo en el Sistema de Salud.