Cuatro estudiantes de la Universidad Austral de Chile tuvieron la posibilidad de participar de un encuentro virtual con el equipo del observatorio aerotransportado más grande del mundo. Se trata del Stratospheric Observatory for Infrared Astronomy (SOFIA), que corresponde a un telescopio infrarrojo de 2,5 metros de diámetro instalado dentro de un avión Boeing 747, que fue modificado para llevar un telescopio a bordo y estudiar el sistema solar y el universo más allá en el rango de longitud de onda infrarroja del espectro electromagnético.
El evento se enmarcó en la primera visita de la aeronave a Sudamérica, que arribó el pasado 18 de marzo a Chile, cuyo equipo operó desde al aeropuerto internacional de Santiago realizando durante dos semanas ochos vuelos científicos, para observar objetos celestes que no son posibles observar desde otras latitudes ni con telescopios terrestres.
Además, la actividad fue una instancia de difusión sobre el conocimiento que surge desde los observatorios aerotransportados, siendo complementados con las investigaciones que se realizan desde observatorios terrestres y espaciales.
El encuentro virtual fue organizado por American Academy of Science and Technology de la U. de Talca en conjunto con el Instituto de Astrofísica de la U. Católica y SOFIA. Además, el evento fue transmitido vía Zoom (para quienes se inscribieron) y por Facebook del American Corner de la Universidad Austral de Chile.
Una de las estudiantes que tuvo la oportunidad de interactuar con el equipo científico de esta misión fue Beatriz Martis, de Ingeniería Civil Electrónica, quien se encuentra en proceso de titulación. Frente a la oportunidad de participar del encuentro dijo que “siempre he tenido interés por telescopios y el semestre pasado cursé un ramo de instrumentación de telescopios de radioastronomía, lo que incrementó mis ganas de participar y tener la posibilidad de escuchar a los astrónomos e ingenieros, en sus distintos roles. En especial a los pilotos e ingeniera responsable sólo del telescopio que explicaron cómo mantienen estable el telescopio en vuelo para observar el objeto de estudio, lo que fue muy interesante”.
Por su parte, otro estudiante de Ingeniería Civil Electrónica (memorista), Cristian Catrilef, sostuvo que «fue una excelente experiencia, ya que pude conocer de primera fuente como científicos, ingenieros, técnicos y pilotos trabajan en un proyecto tan importante y único que exige máxima precisión en condiciones adversas. Además, resultó muy interesante conocer las motivaciones de los expositores, y cómo desde sus distintas disciplinas hacen un aporte importante a la astronomía».
“Dentro de los aprendizajes obtenidos fue importante poder conocer cómo la ingeniería aplicada puede ser protagonista en distintos desafíos, lo que es realmente motivante, además rescaté la importancia de cómo la interdisciplinariedad es clave a la hora de trabajar en proyectos», concluyó Catrilef.