En el día de ayer 30 de mayo asistimos con un grupo de estudiantes de diversas carreras supervisados por el profesor René Santibáñez H. a escuchar al destacado concertista en piano de Croacia Goran Filipec. Este concierto contó con el patrocinio de la Embajada de Croacia junto a una delegación, encabezada por su Embajador, presentes en el concierto.
La sala se encontraba casi repleta de público. Al comenzar el concierto se escuchó un aplauso cerrado de parte de los asistentes. Los estudiantes de la universidad y luego de escuchar las primeras obras no cabían en sus asientos por la calidad del intérprete.
En lo personal las impresiones que me provocaron las interpretaciones fueron exquisitas, en momentos me sentí viajando por Europa y recorriendo los bellos paisajes, arquitectura, y obras de arte de Florencia y París; también entrando a los grandes palacios y recorriendo sus salones junto al vestuario de las personas de la época.
La generación de serotoninas al recibir las vibraciones del piano fue enorme, junto al egregor de la audiencia durante las interpretaciones del músico.
Al iniciar nuestro viaje al Teatro del Lago les recomendé, recuerdo, a los estudiantes que la virtud que teníamos que practicar era la prudencia, y al regresar les pregunté sus impresiones y ellos estuvieron de acuerdo que fue un concierto extraordinario. Les hice mención si en la interpretación del pianista se manifestó la prudencia y sus miradas decían todo, el inicio y final de los temas fueron con mucho cuidado, calidad técnica y donde se manifestó la prudencia del intérprete en el tratamiento de las obras.
El concierto duró casi una hora y media, con un intermedio necesario para que el afinador luego de la fuerza de las primeras interpretaciones de Chopin y Lizt, recuperara la afinación del piano.
El concierto terminó con tres bises pedidos por el público que no quería dejar el teatro. Al final aplausos de pie de parte de los asistentes para un concierto que podemos decir de ensueño.