Durante una semana la experta en textiles y diseñadora de la Universidad de Valparaíso, Ángela Herrera, trabajó junto al equipo de la Dirección de Museos (DM) UACh en torno a la puesta en valor de la colección de textil litúrgica, almacenada en los depósitos del laboratorio de conservación. La iniciativa desarrollada gracias a la adjudicación de un proyecto Fondart 2017, busca visibilizar una colección de aproximadamente 500 piezas de patrimonio textil regional, catalogadas entre etnográficas, litúrgicas, históricas y accesorios.
La profesional que posee una trayectoria de más de 17 años de labor en el ámbito del diseño, gestión cultural y conservación del patrimonio cultural, fue invitada por parte de la DM para apoyar la propuesta y comenzar así con el proceso de documentación de la colección litúrgica compuesta de 170 piezas. Ángela Herrera manifestó que parte del trabajo realizado en esta primera visita consistió en un registro fotográfico que luego contrastará con aquellos textiles pertenecientes a la colección ubicada en el Centro de Colección de Textiles de la Escuela de la Universidad de Valparaíso, lugar donde ella trabaja en la actualidad. “La colección que posee la Universidad Austral de Chile es muy diversa, por lo cual es necesario darle un cuerpo a modo de que ésta tome sentido, lo cual es independiente del número de elementos que la componen o si se trata de piezas aisladas que no forman parte de un conjunto completo”, aclaró la experta.
Por su parte la ejecutora del Proyecto, Claudia Ordóñez, señaló que el objetivo que mueve la propuesta es tratar de contar la historia regional a través de los textiles. “Buscamos poner en valor bienes materiales patrimoniales de importante representatividad identitaria territorial, que permitan una comprensión completa y holística de la historia local desde el textil; por lo mismo se vuelve indispensable recrear el contexto de estas piezas para así construir el relato de la región”, indicó.
La propuesta desarrollada en conjunto por el Laboratorio de Arqueología y el Laboratorio de Conservación y Restauración, presenta un interés no solo de conservar, sino de documentar la colección textil con el propósito de generar y entregar a la comunidad, una identidad y pertenencia ligada a estas piezas. “En todas partes de Chile se puede encontrar este tipo de vestuario, los textiles son testimonios de una dinámica que se ha desarrollado en el territorio y que es trasversal en el paso del tiempo. No obstante, o hay piezas con las cuales tenemos más afinidad y que en el caso de esta colección [textil litúrgica] destacan, como son bordados; hay casullas y estolas con bordado tipo realce que es un hilado entorchado con un alma de lana o algodón el cual está revestido con un material metálico; es un trabajo muy fino que te hace preguntar cómo con la tecnología de esa época podían realizar ese elemento tan prolijo, tal vez tenga mucho que ver la concepción del tiempo del oficio que es muy diferente al actual”, manifestó Herrera.
En cuanto al estado de conservación de las piezas la profesional destacó que la mayoría analizada corresponde a telas de finales del XVIII principios del XX, constituidas por materiales que ya no se pueden encontrar fácilmente. Asimismo, aclaró que dentro de los factores que influyen en el deterioro de las piezas textiles, los mayores enemigos son: el paso del tiempo, las condiciones de conservación y el manejo de la prendas. “Para que una prenda se preserve en el tiempo es necesario manejar correctamente la manipulación y los sistemas de guardado”, dijo.
El proyecto de puesta en valor de textiles se encuentra en plena ejecución, sin embargo, dentro de las etapas restantes contempla la distribución de 500 libros didácticos-inclusivos que estarán a libre disposición en las bibliotecas de escuelas y colegios en las doce comunas de la región, como un modo de aprehender sobre la historia territorial a través de reproducciones de los textiles más representativos de la colección, así como la narración de los contenidos en español y Braille.