El encuentro, reunió a arquitectos chilenos y extranjeros, en torno a la protección del patrimonio del siglo XX y su relación con la sustentabilidad.
¿Cuál es la importancia arquitectónica y patrimonial de los edificios de la Municipalidad de Valdivia, la Iglesia Luterana, el Liceo Santa María la Blanca, el Edificio Prales, la Escuela Superior N° 1, las casas obreras ubicados en la calle Labarca, las casas A de la UACh, el Colegio Alemán?¿Qué tienen en común y qué valores deberían rescatarse de los barrios Rahue Dos en Osorno, la Villa San Pedro de Concepción, la Villa Llaima en Temuco, y la Corvi y el barrio Huachocopihue en Valdivia?
Estas interrogantes fueron parte de la temática que se abordó en el Seminario DOCOMOMO, instancia realizada en la Universidad Astral de Chile entre el 14 y 16 de noviembre del 2018 y que reunió a expertos de todo el país y del extranjero.
Esta actividad es la filial local de la entidad internacional del mismo nombre, creada en 1988 en la Universidad de Eindhoven, Holanda, para promover el patrimonio moderno. Este es el VI seminario nacional y el primero que se realiza en Valdivia. Los otros fueron en Santiago (2005), Antofagasta (2007), Valparaíso (2009), Concepción (2012) y Santiago (2014)”.
En esta oportunidad el encuentro estuvo enfocado al análisis y debate sobre la situación y sustentabilidad del patrimonio moderno de las diversas manifestaciones que se han tenido en nivel regional durante el siglo XX, así como de sus alternativas de preservación.
Hay que destacar que la instancia fue organizada por el Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Austral de Chile en conjunto con el Centro de Patrimonio Cultural de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Las 40 exposiciones presentaciones estuvieron enfocadas hacia aspectos teóricos e históricos del patrimonio moderno y los procesos urbanos y rurales; análisis de edificios, barrios o conjuntos modernos; valoración del patrimonio moderno; evaluación de cómo la arquitectura moderna ha respondido a los requerimientos frente a las condiciones regionales y las posibilidades de recuperación y/o conservación en contextos locales y regionales.
Según la arquitecta, académica de la Universidad Austral de Chile, y una de las organizadoras del evento, Tirza Barría, la importancia de que este seminario se haya hecho en Valdivia es que permite poner en valor y visibilizar todo lo que se está haciendo en el sur de Chile, “además de poder generar y educar a las futuras generaciones de arquitectos para que tengan una opinión crítica del tema y puedan generar cambios”, dijo.
Por otra parte, el arquitecto, académico de la UACh y también organizador de esta versión del seminario Dr. Antonio Zumelzu, destacó que en estos días de vieron muchos estudios de caso. Algunos que tienen un valor respecto a la materialidad y construcción, pero otros que reflejan, desde conjunto habitacional, valores que hoy se ven amenazados desde la planificación y desarrollo urbano y que son importantes para hoy. Como el “desarrollo a escala humana y la importancia de crear ciudad para las personas, algo que desde la revolución industrial se ha ido perdiendo”.
La revalorización del barrio
“En el siglo XX la familia, el individuo, la vida social y colectiva eran el eje fundamental en el desarrollo de un barrio, algo que hoy está completamente ausente. Por ejemplo las plazas centrales tenían concentración de comercio de las necesidades básicas, como servicios, equipamiento educacionales, áreas verdes a escala caminable. Todo estaba en el mismo barrio y eso fortalecía el desarrollo urbano. Algo que hoy está extinguido en la forma de hacer ciudad. Ese tipo de conjuntos aparecen, pero no están visibles. Entonces en esta instancia la intención es poder mostrar esa herencia y ver si esos principios permanecen”. Agregó que hay muchos ejemplos que se pueden recatar como por ejemplo los barrios Rahue Dos en Osorno, la Villa San Pedro de Concepción, la Villa Llaima en Temuco, y la Corvi y el barrio Huachocopihue en Valdivia.
El Dr. Arquitecto Horacio Torrent, Presidente de Docomomo Chile, (www.docomomo.cl), respecto al patrimonio moderno, destacó que presenta desafíos mayores en el campo de la sustentabilidad. “Por una parte, se trata de mantenerlo, y de hacerlo de manera que pueda ser transferido a las futuras generaciones. Segundo, se trata de mantenerlo cargado de los valores que portó inicialmente y que están aún vigentes. Tercero, preservarlo en condiciones que permitan la aplicación de los criterios más actuales haciéndose eco de los desafíos a los que estamos sometidos como sociedad, tanto en el campo del medio ambiente y la energía, como en las condiciones económicas que permitan prolongar su vida. Así como fundamentalmente en las condiciones sociales de su uso, goce y significación”, dijo.
Así también dijo que para que esa condición sustentable se haga realidad hay algunas dimensiones necesarias: “La de su conservación en situación potencial junto a la dimensión instrumental de la planificación urbana y territorial; la del ‘reuso adaptativo’ y la incorporación de nuevos valores, condiciones materiales y significados para mantener su vida plena; y la de la promoción de conocimiento de base sobre los valores materiales, sociales y políticos de la arquitectura moderna en el país”.
La sustentabilidad también reclama la atención a los valores que el patrimonio porta en sí mismo. Se trata de una difícil conjunción de mundos, el mundo material y el de los significados que este puede representar. “Se trata hoy de asumir que, para el caso del patrimonio moderno, una parte importante de valores inherentes a la arquitectura moderna que se preservan por medio de la materialidad son de hecho las condiciones de la buena vida de la que esa arquitectura moderna fue portadora cuando se propuso expandir el mundo material integrando a todos los sectores en una sociedad más inclusiva, y por ende más sustentable. Es decir, que se hace necesario recordar constantemente que ese patrimonio material contiene en sí una de las significaciones más importantes inherentes a un proyecto de emancipación social y cultural en pos de una buena vida para todos”.
Se trata simplemente de asumir una idea que, desde hace un tiempo, viene siendo postulada por la gente común como uno de los valores más importantes para la protección de grandes conjuntos de viviendas. Una tarea muy directa pero no tan simple: mantener la asociación plena que tuvo inicialmente la arquitectura moderna a la idea de bienestar. Así entonces las demandas de un medio ambiente sustentable inscriben al patrimonio moderno en un marco cuya significación está definitivamente más allá de su propia condición material. Se trata de afirmar la idea de una vida mejor, cuestión central a la arquitectura moderna que hoy todavía permanece vigente.