“476”, se denomina la instalación textil que la artista visual, Claudia Ordóñez presenta en el Museo de la Exploración R.A. Philippi. La exposición posee un sentido personal, aspecto que se refleja no solo en la técnica, sino también en la temática que busca resaltar ciertos elementos culturales familiares perdidos y otros que fueron simplemente omitidos a lo largo de los años a contar de la descendencia entre la tátara-abuela de origen mapuche de la artista y un colono alemán.
A partir de ese hecho, Ordóñez construye esta ambivalencia, lo sesgado de una historia familiar particular, en contraste con la interpretación global. La exposición que se puede apreciar en la Sala Banmedica mantiene una estrecha relación entre la identidad territorial, tanto de la materialidad como de íconos culturales que nacen del paisaje natural, del ser y convivir con nuestro entorno, aspectos que también resalta el Museo Philippi en su temática. Cabe destacar que la exhibición está compuesta de cuatro piezas en total, dos de las cuales son bidimensionales con lectura por el anverso y reverso; una de ellas es una composición con volumen y la última se encuentra inacabada. La artista señaló que esta es la única pieza que tiene nombre y es dedicada a su bis-abuela Lucinda.
Sobre la técnica
El entramado es una técnica presente en la obra de Ordóñez y según aclaró siempre ha preferido el trabajo de tramas. “Durante el 2014 al 2015 estuve experimentando con la materialidad y buscando una técnica, formato u elemento que me diera un sentido de calidez, de hogar y que al mismo tiempo fuera confluyente de esta identidad mixta, tan presente en mi familia. Fue cuando hice el calce entre el Chañuntuko mapuche y a la alfombra de nudo, de tal modo de poder realizar un diálogo textil que permita amalgamar códigos endémicos del sur entrelazándose con una técnica que recuerda ese “otro” occidental… y justamente lo que he trabajado hasta ahora”, indicó.
El título “476” hace alusión al trasfondo histórico de la exposición, donde la artista intenta alejarse de la noción judeocristiana sobre la progresión lineal de la historia, como un futuro que conduce a la perfección. “En este caso Nietzsche concibe la historia como un círculo inacabable donde siempre ocurre lo mismo una y otra vez…Schopenhauer hace la semejanza con la constancia de las estaciones, donde hay hermosas primaveras e inviernos terribles.
Frente a esta concepción, tenemos estos casi 5 siglos desde la conquista de Chile, 476 años desde que nuestros pueblos originarios han comenzado a ser lentamente ocultos entre los pliegues de la cultura occidental, un círculo constante donde la fastuosidad de la civilización europea que va absorbiendo e imponiéndose a las características endémicas. Hay un “nosotros”, que no termina de construirse, que se deshilacha por uno u otro lado, que insistimos en separar como una dicotomía y donde vemos más diferencias que afinidades.”
Ordóñez, señaló que a través de su trabajo espera que el publico vea más allá del sentido estético, que puedan reconocerse y no como un “otro”, sino que sean capaces de darle una interpretación desde lo personal.
La muestra estará abierta al público hasta el 31 de marzo y puede ser visitada entre lunes y domingos desde las 10 a 20 hrs.