Según evaluaron los alumnos de la entidad organizadora, ATRAE (Agrupación Transdisciplinaria de Estudiantes) fue la mancomunión y la coincidente buena voluntad de importantes actores comunitarios, lo que determinó el grandioso resultado de este evento ya tradicional en Valdivia.
En ese marco, agradecieron el apoyo de “Alejandro Ovando de la Dirección de Servicios de la UACh, quien ayudó en los traslados y más de una manera muy humana y comprensiva; a la Escuela de Acústica (al alumno Carlos Muñoz y al profesor Jorge Cárdenas), pues gracias a su amabilidad se resolvieron importantes desafíos técnicos no contabilizados; y a la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales y Facultad de Veterinaria por sus apreciables aportes materiales y de gestión”.
También agradecieron a “’Así Conserva Chile’ por sus regalos y conocimientos; a la Dirección de Extensión de la UACh por su auspicio y patrocinio, a Cerefas por la atractiva muestra de aves rapaces; a la Municipalidad de Valdivia y el Parque Saval por las facilidades que dieron y; por supuesto, al Rector de la Universidad Austral de Chile Dr. Oscar Galindo, por ser quien encabeza esta institución que demuestra en los hechos su preocupación por el medio en que vivimos”.
Asimismo, a WWF, Parque Urbano el Bosque, Propagación de Flora Nativa (proyecto del profesor Rafael Coopman), Acción Por los Cisnes, Héctor Kol, Gino Bavestrello (Fepacor) y Comité de Defensa del Borde Costero “por haberse dado un valioso tiempo de estar con esta iniciativa y aportar sus conocimientos a este debate de manera muy generosa”.
El acercamiento a lo natural a través de la música estuvo a cargo de Yogam Aishvaram (Ragas Hindúes) y el Taller de Percusión Africana de Valdivia (tambores). Sin embargo, hubo otras dos instancias musicales en las que brillaron Combo Chabela, Teoría de un Otoño Pasajero, Jorge Tribal, Santiago Beli, Collico Family, Francisco Galaz, Los Jocks y Camilo Eque. Este último viajó, especialmente, desde la Región Metropolitana para hacerse parte de este esfuerzo, generando un instante mágico y espiritual cuando caía el sol e la Costanera Cultural de la ciudad. “Gracias a ellos este evento permitió la reflexión íntima y profunda, y, a la vez, una verdadera fiesta carnavalesca que hasta el esquivo sol de Valdivia premió con tres días radiantes”, finalizaron los organizadores.