En 1949 las mujeres obtuvimos el derecho a la participación política, pero el camino recorrido para alcanzar la igualdad en el ejercicio del poder, en la toma de decisiones, en la participación y representación social y política ha enfrentado numerosas barreras. En palabras de la socióloga Julieta Kirkwood, las mujeres nunca hemos vivido en democracia. La ley de paridad de género del proceso constituyente es un importante avance para subsanar la subrepresentación de las mujeres en la discusión pública, y esperamos que, más pronto que tarde, la paridad sea una realidad en todas las instituciones estatales y privadas.
Ad portas del proceso de elección de un nuevo gobierno universitario en nuestra casa de estudios, se observan promisorios avances en la interrogación de las lógicas que producen y reproducen el androcentrismo, la exclusión, la violencia y discriminación de género. Es importante mencionar que esto ha sido fruto del trabajo y esfuerzo de mujeres de todos los estamentos de la comunidad universitaria para incluir la perspectiva de género y de diversidad. Tal ha sido la contribución de colectivos y círculos de mujeres, la Comisión de Género del SINDOC, el Comité de Género y Diversidad (triestamental), y las Comisiones AVD Comunidad Universitaria y Entre Estudiantes, el programa Cambiar es Avanzar y las revueltas feministas de estudiantes.
Estas acciones, junto con las de otras muchas mujeres a nivel regional y nacional, han permitido que por primera vez en la historia de la UACh haya una candidata a ocupar la Rectoría y, que en las variadas propuestas programáticas, las referencias a las temáticas de género y diversidad sean ineludibles. Es importante que quien resulte electo o electa traduzca esta preocupación, al menos discursiva, en transformaciones reales de la estructura del gobierno universitario. Solo un diseño que involucre la transversalidad de las políticas de género en el quehacer de la comunidad puede modificar la distribución del poder, reconociendo como sujetos de derecho a la totalidad de sus integrantes, de los estamentos académico, administración y servicio y estudiantes, favoreciendo la construcción de modelos igualitarios de comportamiento social, respetuosos de la diversidad, no violentos e inclusivos.