La instancia, organizada por el Instituto Nacional de Derechos Humanos, la Universidad Austral de Chile y el Centro de Promoción Cinematográfica de Valdivia, se enmarcó en el trabajo colaborativo entre estas instituciones, que ha permitido desde hace algunos años la realización de espacios de reflexión en torno a temáticas actuales de interés ciudadano.
En el primer encuentro -realizado el jueves 25- se abordó la temática sobre derechos humanos y personas mayores, con el fin de generar una conversación respecto de los desafíos que actualmente existen en materia de reconocimiento, goce y ejercicio de los DD.HH. de las personas mayores. Para esto se tomó como punta de partida la exhibición puesta en línea en playficvaldivia.cl durante la semana previa al conversatorio (desde el 18 al 25 de noviembre) del largometraje Gatos Viejos, que trata sobre una anciana pareja que vive en un céntrico departamento de Santiago. Ella ha comenzado a evidenciar síntomas del Alzheimer. Su hija Rosario va a visitarla junto a su novia, lo cual provocará una sucesión de divertidas y dramáticas situaciones.
Acceso a la salud
En la oportunidad, el Dr. Fernando Peña, académico de la UACh, se refirió a la realidad de las personas mayores desde la salud, manifestando que: “La película fue impactante para mí. Yo admiro mucho a Bélgica Castro. Y ella fue capaz de interpretar algo que para nosotros los geriatras es importante, que es la fragilidad. Dentro de la película hay un maltrato que es evidente, que es físico. Llama la atención las otras formas de maltrato que a veces son involuntarias, como el machismo, el racismo, que tiene que ver con la ignorancia. Infantilizar a las personas mayores. Decirles abuelos o abuelas, cuando se les habla en diminutivo, por ejemplo. La anulación, que es muy frecuente y que pasa desapercibido no incluir a las personas mayores, invisibilizarlas”.
Además, contó que estuvo nervioso durante toda la película, ya que en varias situaciones el sentía que debía ayudar a la protagonista. “Están las personas que se desempeñan super bien viviendo solos, pero que, si se les echa a perder el ascensor, están en riesgo vital. O si enfermaba el marido, en el caso de la película, la señora entraba a estar en riesgo vital, eso es la fragilidad, porque son personas que están al filo. Son autovalentes. Pero están al borde. Igual, la película muestra la polifarmacia. Hay un momento en que ambos se comienzan a tomar una cantidad enorme de medicamentos. La visión que muestra la película es desgarradora, deprimente en cierta forma, pero muchas de estas cosas que le ocurren al personaje de Bélgica son tratables cuando tienen acceso a la salud. Yo sentía unos deseos enormes de ayudarla, de revisar los remedios”, dijo el académico de la UACh.
Asimismo, afirmó que lo fundamental es el acceso a la salud, que es lo más importante y que es un factor que puede cambiar radicalmente la calidad de vida de las personas.
Respecto a si en ocasiones el personal de salud puede pesquisar situaciones de violencia en personas mayores, el profesional explicó: “Cuando llegan deshidratados y con heridas cutáneas, se pueden de repente ver situaciones de maltrato, pero son a veces por descuidos, nuevamente por ignorancia. Ahora cuando llegan con fracturas o con hematomas, ya uno puedo darse cuenta que hay una situación más grave. Y ahí se toman las medidas pertinentes”.
En cuanto al certificado médico de “sano juicio” solicitado en algunas ocasiones, comentó: “El espíritu de la ley va en sentido correcto, porque da una protección a las personas mayores. Pero no estamos seguros si es el notario quien debe proteger de esa manera a las personas mayores. Porque se está interfiriendo igual en la autonomía del adulto o adulta mayor. Hay personas de 80 años que son autovalentes, que trabajan activamente. Y hay personas de 60 años que están postradas. La edad no es un factor. Es mejor olvidarse de la edad. Yo no uso la edad para tomar decisiones con los y las pacientes. Lo pregunto después. Así como tampoco el sexo, la raza, no debieran ser factores discriminantes. Es cómo la persona es capaz de ser autovalente si es activa”.
Al cierre del foro, las y los asistentes fueron invitados a despedirse con un deseo, oportunidad en que el Dr. Peña señaló: “La calidad de una sociedad se mide viendo cómo trata a sus viejos, que los respeta, los incluye, los hace visibles, y ahí se puede ver si somos una sociedad mejor. Y en eso estamos en deuda. Tengo esperanza en el nuevo proceso constituyente. Me gustaría que nuestras personas mayores fueran incluidas, que no fueran sometidas a discriminación solo por ser mayores, no solo desde la edad, sino que desde lo arquitectónico, las calles, las ciudades tienen mucho que hacer, poner freno al ageísmo en todas sus formas, así como hemos avanzado en otras formas de discriminación, avanzar en esto también. Incluirlos, visibilizarlos”.