Conocer el territorio, el patrimonio natural y la importancia de conservarlo fue el principal objetivo de una salida a terreno al Parque Nacional Alerce Costero, donde un grupo de jóvenes scouts junto a dirigentes y guiadoras pudieron participar de una actividad diferente y motivante.
La salida estuvo dirigida por el estudiante de Doctorado en Ecosistemas Forestales y Recursos Naturales y miembro del Laboratorio de Ecología de Bosques de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, Mauricio Montiel, quien manifestó que la idea fue que los y las jóvenes “pudieran apreciar y valorar el lugar, así como comprendieran la vulnerabilidad de los bosques que exploraron”.
Comenzaron participando de una breve charla introductoria sobre el historial del parque, donde se resaltó su importancia biogeográfica.
“Se dedicó especial atención a la especie más emblemática del lugar: el alerce. Durante esta parte informativa, los participantes tuvieron la oportunidad de apreciar el lento crecimiento de estos árboles a través de la observación de sus anillos, utilizando una muestra del laboratorio. También pudieron observar, a modo de comparación, una muestra de Pinus radiata, que es una especie de rápido crecimiento. Este acercamiento les permitió comprender de manera práctica y visual el registro histórico de crecimiento de los árboles de alerce, añadiendo una dimensión única a su experiencia educativa en el parque”, explicó Mauricio Montiel, Ingeniero en Conservación de Recursos Naturales.
Luego, el grupo avanzó en su aprendizaje realizando una actividad básica de medición de campo, donde se compararon dos situaciones de bosque dentro del parque: uno dominado por Pinus radiata y otro por especies siempreverdes. Aquí realizaron reconocimiento y mediciones del tamaño de los árboles, así como identificación de especies en el sotobosque. “La peculiaridad del sitio radica en que ambas situaciones se encontraban adyacentes, facilitando la comparación de manera comprensible para ellos”, señaló.
Un aspecto que se destaca y que motivó al grupo de 42 niño(a)s y monitores fue el descubrir indicios de incendios a través del hallazgo de restos de carbón y cicatrices en los árboles, y también indicios de tala que quedaron en evidencia por la presencia de tallos de árboles siempreverde agrupados producto del rebrote desde un tocón.
“También encontramos tocones de al menos 1 metro de diámetro por todo el lugar. Los participantes, llenos de entusiasmo, demostraron su capacidad de observación avanzada al darse cuenta anticipadamente de la situación del bosque y formularon preguntas perspicaces sobre el porqué de ciertos fenómenos, evidenciando sus habilidades desarrolladas como scouts. La actividad concluyó con una breve exposición de los hallazgos realizados por ellos”, relató el investigador de la UACh.
Por su parte, el Prof. del Colegio Los Conquistadores Christian Ruiz, a cargo del grupo, manifestó que la jornada “superó nuestras expectativas. Como grupo nos preparamos durante el semestre para vivenciar nuestros principios valóricos, trabajo en equipo, técnicas scouts, entre otras áreas de desarrollo, donde el principal foco de trabajo es el aprendizaje a través de la “vivencia”. Por ende, buscamos acciones que sean significativas para nuestros beneficiarios.”
Agregó que “se logró crear el ambiente ideal, donde niños, niñas y jóvenes se desconectaron de sus dispositivos y se conectaron con la naturaleza, entre ellos y lo más importante consigo mismo”.
El Prof. Ruiz enfatizó que poseen “la convicción que desde nuestro aporte estamos haciendo un mundo mejor. Junto a Mauricio Montiel logramos llevar a cabo la mixtura de nuestros mundos, donde el foco es el mismo, desde una mirada diferente. Sin darse cuenta se fueron introduciendo en un lenguaje técnico, parcelaron en diferentes lugares para investigar sobre el tipo de bosque existente, reconociendo árboles, arbustos, herbáceas, musgo, realizaron mediciones, grados de cobertura, etc.”, comentó.
Finalmente, Mauricio Montiel reflexionó sobre las iniciativas dirigidas a los más jóvenes destacando que “al conocer nuestro patrimonio natural, y de nuestra Región, los niños y los jóvenes desarrollan una mayor conciencia ambiental, lo que motiva a cuidar y respetar el entorno. Además, ellos son la próxima generación encargada de tomar decisiones importantes respecto a estos territorios. Por lo tanto, conocer y valorar el patrimonio natural les hace más propensos a adoptar prácticas sostenibles, abordar los desafíos ambientales y encontrar soluciones efectivas”.