Cuando la solidaridad cobra fuerza nada es imposible, sólo hace falta la buena voluntad de las personas para dar vida a proyectos que beneficien a una comunidad.
Es así como pobladoras de la Isla Puluqui, comuna de Calbuco, Región de Los Lagos, participaron de un curso que tuvo como objetivo enseñarles a elaborar quesos. Si bien en la isla hoy la leche es escasa y sólo para el consumo de los lugareños, otro proyecto asesorado por profesionales de la UACh, les permitirá recuperar este producto.
La capacitación se efectuó el 1 y 2 de febrero en la Planta Piloto del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ICYTAL) de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile. El curso fue impartido por el Prof. Haroldo Magariños, académico del ICYTAL y la Ingeniera en Alimentos, Karen Mathias, profesional de la misma unidad.
“El ICYTAL aportó con el espacio, la leche para hacer queso y nuestros conocimientos, pero la idea de esta capacitación nació de un proyecto liderado por Alejandro Ovando, Director de Servicios de nuestra universidad, que comenzó a gestarse cuando se enteró de los problemas sociales que vive la comunidad de Puluqui y de otras islas de Chiloé, tras la problemática del salmón y la marea roja.”, sostuvo el Profesor Magariños.
El académico indicó que este tipo de experiencias son muy enriquecedoras, pues las personas que asistieron a este curso lo valoraron y seguramente, los conocimientos adquiridos irán en beneficio directo de sus actividades cotidianas.
Agregó que la idea es continuar apoyando esta iniciativa que a futuro contempla una planta de procesos en esa isla para que puedan producir queso, entre otros productos.
Un poco de historia
Junto a su hermana, residente de Puluqui, Ovando y otros integrantes de la comunidad universitaria, comenzaron a trabajar en diversas iniciativas de comercio justo para ayudar a los pobladores, detectando la necesidad de recuperar el comercio local con recursos que no provengan del mar.
“Hace unos 10 años, la gente hacía bastante queso, pero hoy esas personas tienen edad muy avanzada o han fallecido. Por otro lado, no hay mucha producción de leche y la que se produce es para consumo local. Esta situación nos motivó a plantear la posibilidad de hacer un producto de calidad, con sello de origen, que cumpla las normativas de higiene vigentes con las que hoy en día se produce”, dijo Alejandro Ovando. Agregó, “le conté esta historia al profesor Haroldo Magariños y el muy caballero, muy profesional ofreció hacer este curso en forma gratuita para el grupo de personas que definiéramos”.
Junto con agradecer la disposición y voluntad de Magariños y de Karen Mathias, reiteró su satisfacción por la acogida que ha encontrado en la comunidad universitaria en lo que ha llamado una cadena de favores para colaborar con la gente de esta isla. Es así como en marzo se preparan con otros profesionales para postular a un FIA que les permita adquirir planteles de vacas para producir leche y formar una pequeña planta quesera en Puluqui, donde las personas capacitadas produzcan queso y lo vendan fuera de la isla.