El Dr. Rodrigo Arias Inostrosa, académico del Instituto de Producción Animal (IPA) de la Universidad Austral de Chile, participó en el 42° Congreso Argentino de Producción Animal, efectuado en Bahía Blanca, Argentina.
El evento fue organizado por la Asociación Argentina de Producción Animal y es un espacio donde anualmente se presentan trabajos inéditos de grupos de investigación del ámbito público y privado vinculados a diferentes temáticas referentes a la producción animal.
En la ocasión, el Dr. Arias, Director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UACh, expuso el tema “Impacto Productivo del estrés térmico en bovinos para carne”, cuyo objetivo fue detallar cómo el estrés térmico afecta el desempeño productivo del ganado.
En su alocución, el académico de la UACh destacó que, en general, los rumiantes son más sensibles al estrés calórico que al estrés térmico invernal. Es así que durante el período de estrés por calor, actividades tales como el manejo o el movimiento del ganado pueden elevar la temperatura corporal y contribuir significativamente a un menor desempeño productivo.
Agregó que uno de los principales efectos del clima estival adverso se observa en la relación inversa entre temperatura ambiental y el consumo voluntario de alimento. “Esta reducción del consumo de alimento es un intento del animal por alinear sus demandas energéticas con su capacidad de perder calor, influyendo así en forma directa en la productividad del ganado de carne, es decir, menor ingesta de nutrientes, aumento requerimientos de mantención y la menor absorción de nutrientes en el intestino delgado”.
Por el contrario- resaltó-, en condiciones de clima frío los animales intentan conservar el calor, mejorando el aislamiento del medioambiente (mayor cobertura grasa, pelaje más largo y grueso, etc.), produciendo más calor a costa de un mayor consumo de alimento, o bien del cambio de dieta por una de mayor densidad energética.
Cabe señalar que el consumo de alimento también puede ser afectado temporalmente por la lluvia, disminuyendo de 10 a 30%, mientras que el barro también provoca una reducción del consumo de alimento de entre 5 y 30%, variando según la profundidad del mismo.
“Otro factor a considerar es el nivel de intensificación del sistema productivo, así como el potencial de producción de los animales, ya que en ambos casos los mecanismos fisiológicos para hacer frente al exceso de calor proveniente de la combinación de dietas de alta densidad energética (granos), mayor metabolismo, veranos con altas temperaturas y con alta humedad relativa, son mucho más restringidos que los de animales con menor potencial de producción”, explicó el investigador.
Finalmente, dijo que el desempeño productivo del ganado bovino para carne depende directamente de su interacción con el entorno productivo, particularmente con la temperatura, humedad relativa, radiación solar y velocidad del viento.