“Determinantes genéticos y ambientales de la calidad de granos oleaginosos”, fue el curso que dictó en Valdivia la Dra. Déborah Rondanini, investigadora adjunta de CONICET y académica de la Universidad de Buenos Aires.
La experta llegó a la Universidad Austral de Chile (UACh) para impartir esta cátedra -efectuada entre el 13 y 14 de julio- a los estudiantes de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias Agrarias de esta casa de estudios.
En este contexto, explicó que la calidad de los cultivos depende de muchos factores, no solo del genotipo sino también del ambiente al cual se exponen y de las operaciones de manejo agronómico a las que se les somete.
Asimismo dijo que es necesario “entender cómo el ambiente, el genotipo, la fecha de siembra, el fertilizante y la densidad van influyendo no solo sobre el rendimiento, la cantidad de granos y su peso, si no en la composición de esos granos que son los que finalmente van a definir la calidad de los aceites y oleaginosas”.
Señaló que en último tiempo ha habido un gran aumento de la producción de aceites y oleaginosas en el mundo ya que se consumen aceites cada vez más diversos, más sanos nutricionalmente. “Es por eso que el mercado requiere que aprendamos a trabajar con distintas calidades y variedades”, explica.
“A medida que los nutricionistas y los médicos aprenden más y nos informan más sobre los efectos positivos de los alimentos (…) Esto nos lleva a ser consumidores más informados y más exigentes, ya no nos da lo mismo el aceite para la ensalada o el que se usa para freír”, subraya Rondanini.
El desafío en Sudamérica
Para la científica, la importancia de estos cultivos para algunos países es vital como, por ejemplo, para Argentina, Brasil y Paraguay que son grandes exportadores de soja.
Agrega que América del Sur es importante en la producción de grandes cantidades de maravilla (o girasol) y avanza en la producción de raps (colza) que se ha posicionado en mercados europeos y asiáticos, generando exportación e implicando una diversificación en los cultivos.
“Eso también implica un desafío de conocimiento, es decir de saber manejar distintos cultivos en nuestras producciones, diversificando el riesgo y aumentando la sustentabilidad y capacidad de productos que somos capaces de generar”, sostiene la profesora.
Refiriéndose a Chile, asegura que el raps ha experimentado un aumento, mostrándolo como una alternativa al trigo o a la cebada. “Existen interesantes trabajos en el tema de variabilidad de rendimientos y en los porcentajes de aceites que se pueden lograr, en especial en la zona sur donde las temperaturas son frescas y los periodos de llenado son muy largos, lo que favorece la obtención de granos en muy altos porcentajes de aceites”, puntualiza.
Cabe destacar que esta visita de la Dra. Débrah Rondanini fue gestionada por el Dr. Daniel Calderini, Director del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal de la UACh y Director del Doctorado en Ciencias Agrarias de esta Universidad.