Una importante certificación internacional que es otorgada a profesionales a lo largo del mundo por sus trabajos en restauración de ecosistemas ha recibido el estudiante del Doctorado en Ecosistemas Forestales y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, Pablo Bravo Monasterio. Se trata del Certified Ecological Restoration Practitioner (CERP) que entrega el programa CERP de la Sociedad de Restauración ecológica.
El impacto de los proyectos de restauración junto con la superficie que abarcan son algunos de los criterios que designa la SER (Society for Ecological Restoration) para otorgar este reconocimiento. En el caso de Pablo Bravo, sus proyectos de restauración han beneficiado más de 700 hectáreas, muchas de ellas situadas en áreas protegidas por el Estado y que se han trabajo durante los últimos 8 años.
“Esta certificación me avala como un restaurador de ecosistemas boscosos reconocido por la SER. Mis pasos siguientes son participar de la próxima reunión el 2025 en Denver, Estados Unidos, donde presentaré los principales resultados obtenidos en los proyectos de restauración que he liderado, los cuales se alinean con los objetivos de mi tesis sede doctorado”, explicó Bravo.
El profesional, quien además de cursar el doctorado, es CEO del GRUPO ECORES, señaló que se ha desempeñado en el diseño e implementación de diversos proyectos desde el año 2015. “El primero de ellos fue un proyecto de restauración ecológica ejecutado en una superficie de 10 hectáreas. Este desafío coincidió con el final de mis estudios de magíster, y la propuesta se centró en la plantación en núcleos y la creación de corredores biológicos. Casi una década después, puedo afirmar que he participado en proyectos que abarcan casi 800 hectáreas, distribuidas entre la Región de Valparaíso y La Araucanía”, destacó.
Pero de estos trabajos, dos merecen una mención especial: un proyecto piloto en la Región de La Araucanía que cubrió 250 hectáreas y se destacó por su impacto en la recuperación de Araucaria araucana, una especie emblemática de Chile. “Este proyecto, enmarcado en la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV), se llevó a cabo en la Reserva Malleco y el Parque Nacional Tolhuaca, donde lideré tanto su implementación como ejecución. Fue un desafío considerable, posible gracias al esfuerzo conjunto de un equipo de trabajo excepcional, entre los cuales destaco a los profesionales Sebastián Carrasco Mardones y Narcy Constanzo Vivanco”, enfatizó.
En segundo lugar, existe un proyecto centrado en la restauración de ruil (Nothofagus alessandrii), desarrollado en la comuna de Curepto, Región del Maule. “Aquí implementé una metodología innovadora de plantación y diseñé una estrategia específica para la especie, que incluyó un monitoreo y evaluaciones posteriores a cinco años. El proyecto abarcó 14 hectáreas, con más de 10 mil individuos plantados. Como resultado final, esta área fue donada a CONAF para su protección permanente”, informó.
Impacto social
Estas iniciativas no solo son un aporte al ecosistema y la recuperación del bosque nativo, sino que también poseen un alto impacto en la comunidad ya que son realizados en colaboración con propietarios y comunidades locales, generando empleo en zonas rurales y vulnerables.
“Estos factores refuerzan mi compromiso con la restauración de bosques nativos, un aspecto fundamental para la certificación, que requiere evidenciar impactos positivos en el ámbito social y ambiental a lo largo del proceso de evaluación”, indicó.
Doctorado en Ecosistemas Forestales y Recursos Naturales
El trabajo de investigación del ingeniero forestal en el doctorado está muy vinculado a la restauración ecológica y le ha permitido ahondar en un ámbito muy relevante para el país, en un territorio que ha sufrido la pérdida de su bosque nativo, en especial por incendios forestales.
“Toda la experiencia que he adquirido en los últimos años está estrechamente relacionada con mi investigación de doctorado, en la que he aprendido no solo desde un enfoque operativo, sino también a trabajar en diferentes escalas. Sin duda, lo más enriquecedor de este proceso ha sido la oportunidad de colaborar con diversas personas. Mi proyecto de doctorado se centra en el desarrollo y evaluación de metodologías de restauración en bosques afectados por incendios, con cuatro objetivos específicos. Éstos se basan en una de las estrategias de restauración más reconocidas hasta la fecha: la nucleación. A lo largo de mi investigación, he podido profundizar en este enfoque, innovando y complementándolo con nuevas metodologías. Además, estoy llevando a cabo proyectos a largo plazo que me permitirán evaluar los resultados de estas técnicas a nivel ecosistémico, lo que aporta un valor atractivo y novedoso a esta línea de investigación”, explicó.
Este reconocimiento es muy significativo para el investigador, quien expresó sentirse “muy contento. Es gratificante recibir un reconocimiento, y más aún cuando esta certificación que me han otorgado tiene el máximo nivel de prestigio, validándome como restaurador de ecosistemas boscosos a nivel mundial con profundos conocimientos en restauración y experiencia. Esto es especialmente relevante en Chile, donde hay muy pocos profesionales dedicados a la restauración, pese a que se necesitan muchos más para innovar en la recuperación de nuestros bosques, particularmente ante las amenazas de incendios y el cambio climático”.
Agregó que estudiar en la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh es un privilegio, “ya que he tenido la posibilidad de interactuar y mostrar mi trabajo con académicos como Mauro González y Milen Duarte, y estoy muy motivado en trabajar con ellos”.
Destacó que esto es especialmente importante ya que nuestro país ha asumido varios compromisos en torno a la restauración de bosques y se debe cumplir con las metas propuestas.
Estar certificado por la SER es un sello distintivo que refleja el nivel de conocimiento y experiencia del profesional, validando la capacidad de diseñar proyectos considerando los principales enfoques de la restauración y los principios de la SER, los cuales ofrecen una guía que podemos adaptar y mejorar, reconociendo que los sistemas forestales son únicos en cada contexto.