Luego de acumular las experiencias de las erupciones de los volcanes Caulle (2011) , Villarrica y Calbuco (2015), investigadores de la UACh se han abocado a informar y compartir el efecto de estas perturbaciones sobre la calidad del agua en los ríos aledaños.
El equipo, liderado por el Dr. Eduardo Jaramillo del Instituto de Ciencias de la Tierra e integrante del Núcleo de Investigación Transdisciplinaria del Cuaternario de la UACh (TAQUACh), después de los procesos eruptivos, se enfocó al estudio de cursos de aguas, haciendo el análisis físico-químicos de la misma y monitoreando la abundancia de insectos acuáticos y peces en los ríos.
Toda la investigación alusiva a las erupciones, fue presentada en el simposio internacional “Cities on Volcanoes 9”, que se realizó en Puerto Varas y que reunió a investigadores nacionales e internacionales, con el objetivo principal de promover el intercambio de ideas y experiencias previas que permitan mejorar la capacidad de respuesta de las comunidades locales que viven cercanas a los volcanes.
En este sentido, el Dr. Jaramillo expresó que es muy relevante para los científicos tener un tiempo de respuesta rápido con el objetivo de recabar el mayor número de datos posibles una vez ocurrida la perturbación. “En ocasiones un río turbio, por concentraciones de material o sedimentos, no necesariamente es un río contaminado, sino que ha sufrido alteraciones desde el punto de vista visual, no así químico, información que puede ser muy relevante para las autoridades en su momento”.
Fauna acuática
El investigador de la UACh expresó que la ida a cada una de las erupciones fue gracias a la respuesta y respaldo de la Dirección de Investigación y Desarrollo (DID), que entendió que obtener datos del primero momento puede ser muy valiosos para el desarrollo de los estudios.
Jaramillo señaló que después de 14 meses de ocurrida la erupción en el volcán Caulle, las abundancias de insectos en los ríos Nilahue y Golgol (que sufrieron mayor carga de material) fueron similares a la media histórica de abundancia en ríos de la zona estudiados antes de la erupción. Del mismo modo, por un período mayor a 12 meses no se observaron peces en esos cursos de agua, y los primeros en aparecer fueron especies introducidas como los salmonideos.
En tanto y de acuerdo a las muestras colectadas, inmediatamente posterior a la erupción del volcán Calbuco, las abundancias y riqueza de especies de insectos acuáticos fueron más bajas en ríos turbios o con mayor carga de sólidos suspendidos (por ejemplo, ríos Blanco Este y Hueño Hueño) versus ríos de aguas claras (río Tronador).
Finalmente el científico sostuvo que es primordial hacer este tipo de estudios, “porque podemos registrar, no solo el impacto de una erupción, sino también los procesos de recuperación de los cauces, así como de insectos y peces, información que siempre será necesaria para los tomadores de decisiones, tanto a nivel regional o central”, expresó.