Un grupo de investigadores, liderados por el Dr. Eduardo Jaramillo de la Universidad Austral de Chile, se encuentran estudiando ocho playas de la costa de Iquique incluyendo playas urbanas, con el fin de recabar datos respecto a su biodiversidad y grado de perturbación antrópica.
Jaramillo, sostiene que Iquique tiene la particularidad de contar con una serie de playas de fácil acceso en unos pocos kilómetros de distancia, lo que ha provocado una notoria perturbación provocada por el hombre, situación que debería ser atendida por los tomadores de decisiones a nivel regional.
“En los últimos meses y en cooperación con investigadores de Sudáfrica, Australia y Uruguay, hemos realizado un estudio tendiente a elaborar índices que permitan a los tomadores de decisiones, contar con una herramienta rápida para evaluar alternativas de uso para playas arenosas que aún están en estado natural y alejadas de centros urbanos. Básicamente, los dos tipos de uso son recreación y conservación; esta última basada en el grado de diversidad de especies que hay en la playa y la presencia de especies únicas, como es el caso del cangrejo carretero que se encuentra en Chile sólo en playas del Norte Grande”.
El académico del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la Facultad de Ciencias de la UACh, explicó que playas como Cavancha o Playa Brava, presentan un alto grado de perturbación por parte de la gente, siendo bastante baja la abundancia de fauna que habita en las mismas. Sin embargo y debido a que han sido ocupadas por muchas décadas como espacios para la recreación, deben seguir de este modo. Sin embargo, el científico sostiene que algunas de las playas fuera del radio urbano, perfectamente podrían mantenerse como sitios con prioridad de conservación.
“Entonces es importante preguntarse qué pasará por ejemplo, con las playas al sur de Los Verdes. ¿Se permitirá por ejemplo urbanizaciones masivas que produzcan perturbaciones del sedimento como las que se observan en Cavancha y Playa Brava?, o se seguirán contaminando con botellas, basura o el ingreso de automóviles como sucede ahora. De ahí la relevancia del índice que estamos elaborando, porque les permitirá a las autoridades saber qué playas tienen un alto índice de biodiversidad biológica, por lo que sería bueno conservarlas”, reflexionó Jaramillo.
Una de las especies analizadas por los investigadores de la Universidad Austral de Chile, es el comúnmente denominado “Cangrejo Carretero” (Ocypode gaudichaudii), un crustáceo icónico de las playas de la Región de Tarapacá y que construye sus madrigueras en la superior de las playas y que será usado como indicador de la perturbación en la playas, debido a que hay fuertes presiones antropogénicas, las abundancias de este cangrejo tienden a disminuir. “Las playas guardan entre sus granos de arena, una gran biodiversidad que a simple vista no es observada, pero que sustentan un trama trófica de relevancia, sirviendo de alimentación a aves migratorias y algunas especies de peces de importancia económica como corvinas y robalos”, dijo.
El científico ejemplifica lo señalado con la playa “El Águila” que muestra una notoria contaminación con plásticos, botellas, basura e innumerables huellas de autos, “situación que en algunos países como Sudáfrica, Australia y Estados Unidos está siendo fuertemente regulada a fin de preservar uno de los hábitats intermareales de mayor importancia ecológica, como son las playas arenosas, las que representan aproximadamente el 70% de la costa mundial libre de hielos. Es decir, en esos países la tendencia es no permitir la entrada de vehículos a las playas, una medida similar a la que ocurre en parques o reservas nacionales”, concluyó.
Equipo de trabajo en terreno.
Carlos Velásquez, Biólogo Marino.
Roland Sánchez, Biólogo Marino.
Emilio Acuña, tesista de Biología Marina.