Recientemente celebramos el lanzamiento de la Facultad de Arquitectura y Artes. Es la consolidación de un anhelo por el que luchamos durante mucho tiempo y que logramos concretar el año pasado, reviviendo el espíritu y compromiso que alguna vez tuvo la Universidad Austral de Chile con el arte, la cultura y la música en los años en que originalmente existió la Facultad de Bellas Artes, hace ya casi más de cuatro décadas. Ese vínculo está más fuerte que nunca en los días que corren con las acciones con que contribuye constantemente el Conservatorio de Música.
Este año seguiremos remodelando nuestras instalaciones gracias a fondos del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y por potenciar nuestras tres líneas de acción: docencia, vinculación con el medio e investigación. La formación de nuestros músicos es en licenciatura e interpretación superior en violín, viola, violoncello, contrabajo, guitarra y piano. Ello nos permite una fuerte presencia en la región y en la zona sur con clases y también conciertos que nos mantienen en la agenda cultural. Salir de las aulas y abrirnos a la comunidad es una preocupación constante de nuestro equipo docente y de nuestros alumnos agrupados en formaciones de orquesta, ensambles y diversos grupos en los que ponen en práctica los conocimientos adquiridos en la academia. Al cumplir este propósito, puedo asegurar con orgullo, que tenemos diversos hitos que nos vinculan con la comunidad, por ejemplo el convenio con la fundación Centro Integral Familia Niño (Cifan) y el trabajo con el Centro Cultural El Austral, la Corporación Cultural Municipal de Valdivia y el Centro de Estudios Científicos, por nombrar algunas.
Proyectamos nuestras inquietudes por la promoción e investigación de la música. Es una materia que mueve el funcionamiento del Conservatorio UACh. Nuestros colegios y liceos siguen trabajando por mejorar la enseñanza, pero aún hay deficiencias, ya que son pocos los establecimientos que han asumido la importancia de la formación musical y artística en la vida de los niños y jóvenes. La música es un fuerte estímulo para el desarrollo de diversas habilidades que además genera muchos beneficios sociales, razones suficientes para ser considerada como un elemento fundamental en la construcción de una sociedad más sensible y justa.
Con mucha convicción la música merece un espacio de mayor importancia en los establecimientos educacionales. Gran parte de esa cruzada está en nuestras manos y en la capacidad por visualizar un tema que nos preocupa, al ver cada año que el arte solo ocupa espacios extracurriculares y no una posición privilegiada. Nos sumamos al constante desafío por fortalecer ese vínculo, que nunca se debe perder entre educación y arte, que no debe ser entendido siempre como un simple pasatiempo, sino más bien como un proceso profundo de creación y desarrollo de la sensibilidad humana y el goce estético.
LEER COLUMNA EN EL DIARIO AUSTRAL REGIÓN DE LOS RÍOS