“La cultura patriarcal nos ha orillado a estar siempre a la defensiva y nos ha obligado a demostrar que somos tan capaces como cualquier género, para desarrollar labores, que por años estuvieron vinculadas a los hombres o figuras masculinas”, señala de entrada Susana Flores, la Presidenta de uno de los sindicatos más grandes y relevantes de la región, y quien asumió dicho cargo en mayo del presente año.
La secretaria del Instituto de Estudios Antropológicos tiene una profunda vocación social y sindical, a la que alude cuando menciona que desde muy joven le ha llamado la atención la defensa de los derechos fundamentales de las personas y muy en especial de las y los trabajadores.
Todo comenzó, expone, cuando inició su vida laboral, haciendo práctica de secretaria en la empresa MASISA, en el Departamento de Bienestar y Asistencia Social: “Entonces ya a los 17 años, recién egresada de mi añorado Instituto Comercial, me involucré en este mundo de la mirada social, observando las distintas necesidades de los funcionarios. Mi padre era obrero de dicha empresa y durante el período de recesión fue desvinculado y me tocó tipear su finiquito por reducción de la planta obrera”.
Carrera laboral y sindical
Susana Flores Sandoval llegó a la UACh en agosto de 2014 y se incorporó inmediatamente al Instituto de Estudios Antropológicos en la Facultad de Filosofía y Humanidades, unidad que se había separado hacía pocos años del Instituto de Historia y Ciencias Sociales.
Ella había escuchado hablar de la Universidad Austral de Chile como una gran institución laboral, por lo que no dudó en dar la entrevista que le exigían para ingresar.
“Desde un inicio fui muy bien recibida, con una mirada antropológica que me permitió expresar mis necesidades de ser humano y ser entendida. Comprendí que era el trabajo que siempre había buscado y que llegaba justo en un proceso de madurez y en recompensa a todo el esfuerzo que había puesto en mis otros trabajos”.
Destaca que la vida le ha puesto en muchos escenarios que le han permitido observar al ser humano en distintas facetas.
“Apenas llegué a la UACh, me acogieron personas del escalafón auxiliares de servicio, quienes me dijeron: tenemos un sindicato y es imperioso que te inscribas, porque se garantiza la defensa ante cualquier situación anómala. Entonces, luego de los 3 meses de prueba y pasar a contrato indefinido me inscribí en el sindicato de trabajadores de la UACh y desde ahí jamás he faltado a una asamblea”. Indica que, motivada por el compañerismo, pudo observar que no siempre los dirigentes practicaban la mirada colectiva, por lo que se propuso como desafío capacitarse en materias sindicales, recoger ideas y tomar apuntes de distintos entes dedicados a la defensa social y política.
Indica que en 2017 se postuló a representante de escalafón de secretarias(os) UACh y resultó electa. Luego, dentro de la reestructuración de la mesa de trabajo, asumió como secretaria de actas, lo que le permitió trabajar directamente en la negociación colectiva de 2018. “Con posterioridad y con resultados un poco desalentadores, se produce el quiebre del gobierno sindical de turno, a inicios del año 2019 y previo a haber hecho un semestre de capacitación sindical, decidí postularme al cargo de dirigente sindical, quedando en el cargo de primera directora, cargo no menor, porque es el cargo que reemplaza a cualquiera de los otros cargos ausentes, según nuestros estatutos y la ley”, explica.
Durante el primer trimestre del presente año, renunció el director que tenía el cargo de Presidente del Sindicato, lo que originó que se hiciera una reestructuración interna de la directiva en función de sus estatutos. Así, de acuerdo al Artículo 21, Susana Flores asumió como Presidenta a contar del 28 de mayo de este año.
Las mujeres también podemos
“Creo que las mujeres somos más previsoras, siempre anteponemos las necesidades del otro, por sobre las nuestras y paradójicamente vamos por la vida con un botiquín de soluciones para todo”, comenta Susana Flores respecto a lo que diferenciaría la gestión en la presidencia entre un hombre y una mujer.
En esa línea, Debbie Guerra Maldonado, representante del Sindicato de Docentes en el Comité Paritario de Género y Diversidad de nuestra Universidad, señala que “hay una importancia simbólica en la presencia de mujeres en puestos de poder, pues implica una ruptura con la asignación tradicional de roles por sexo. Sin embargo, para que ello tenga un impacto en términos de política de género, sólo se hace posible -de acuerdo a los estudios de diversos liderazgos femeninos-, si las mujeres en posiciones de poder han tenido experiencias de género específicas, si les otorgan una interpetación política y no individual y si cuentan con un espacio prográmatico para las cuestiones de género en su espacio de acción”.
Dicha postura es compartida por la Prorrectora (s), Dra. Maite Castro, quien además recuerda que la militancia sindical femenina en nuestro país se remonta a fines del siglo XIX con la aparición de la primera organización de mujeres trabajadoras costureras en Valparaíso. Es así como durante el siglo pasado las mujeres se sumaron paulatinamente a distintos sindicatos, emergiendo las primeras dirigentas sindicales. Sin embargo, a la fecha las mujeres no representan más de un 25% de los y las dirigentes sindicales del país. “En ese sentido, desde la Prorrectoría, donde nos preocupa impulsar constamente la igualdad de género, miramos con tremenda alegría y orgullo la presidencia de Susana en nuestro Sindicato de Trabajadores Nº1 UACh”.
Susana Flores señala que durante su carrera sindical ha tenido la oportunidad de desarrollar algunas competencias que claramente le servirán durante su mandato: “Como voluntaria de la brigada de emergencias y parte del comité paritario, he desarrollado herramientas de prevención, que también son aplicables en la vida social y sindical, porque a través de la psicología de la emergencia, cobra sentido el criterio humano para abordar situaciones de vida, la escucha, la plática amable, el diálogo mediador y la solución de situaciones, evitando la burocracia”.
Considera que su sello en este cargo es apuntar al diálogo amable y a la solución de conflictos a través de la plática afable, pero con ideas claras y firmes frente a la autoridad. “Quiero dejar el precedente que las mujeres también podemos dirigir uno de los sindicatos más grandes de la región, pero que debemos capacitarnos, conocer a nuestra comunidad universitaria, tener muy claros los valores que como persona permiten reforzar la defensa de los derechos fundamentales de las y los trabajadores y nunca perder la mirada colectiva», finaliza.
Este artículo fue actualizado con fecha 22 de julio.