El martes 23 a las 12:00 horas en la Sala Paraninfo de la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la Universidad Austral de Chile se llevará a cabo la ceremonia de inauguración de la exposición denominada «La otra mirada: La visión del campo viene a la ciudad».
Esta muestra fotográfica se generó a partir de los talleres de fotografía social desarrollados con pequeños propietarios de los sectores de Liquiñe y Neltume de la Xª región en el marco del proyecto «Conservación y Manejo Sustentable del Bosque Nativo» impulsado por la Corporación Nacional Forestal CONAF en colaboración con el gobierno Alemán a través del Banco Alemán para la Reconstrucción (KFW), la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica ( GTZ) y el Servicio Alemán de Cooperación Social Técnico (DED).
Este proyecto fotográfico, que se viene generando desde el año 2003 y que se realizó en cinco regiones del país, consiste en imágenes captadas en blanco y negro por los mismos habitantes de las distintas localidades donde se ejecutó la iniciativa.
El cierre de dicho proyecto tuvo como último destino la Región de los Lagos en la localidad de Liquiñe. De esta manera la mirada del pequeño propietario campesino forestal se transformó en protagonista, contando en blanco y negro una silenciosa historia de insólitos lugares, ideal para hacer profundas reflexiones sobre nuestras particulares miradas fotográficas de lo inesperado, lo espontáneo e incluso lo accidental.
Proyecto Fotográfico
El proyecto denominado «La Otra Mirada: La visión del campo viene a la ciudad» es, a juicio del fotógrafo monitor Eliosha Márquez, una forma de canalizar la mirada del hombre de campo hacia su entorno y propone evocar la vida cotidiana rural.
«El proyecto surge con la coordinación de Héctor López y Petra Wilken, y partió el 14 de diciembre de 2003 en la VII Región. Luego se realizó en la Undécima, Novena, Octava y finalmente Décima Región, en donde, tras una breve capacitación en técnicas fotográficas a los propietarios rurales, que a su vez, son beneficiarios del Proyecto de Conservación, se les entregó cámaras automáticas y rollos fotográficos, y se les pidió que contaran sus historias a través de las imágenes», expresó el fotógrafo.
En cuanto a la recepción que tuvo la actividad, Márquez explicó que fue totalmente positiva en la medida que brindó a los campesinos la posibilidad de usar la fotografía como un registro mucho más libre y que les permitió captar todo aquello que les llamó la atención de su entorno y de su vida cotidiana.
«Uno de los objetivos de este proyecto, era el contar su realidad, cuál era su vida cotidiana. Y de ahí fuimos viendo de sesión en sesión cómo mejorar algunas tomas y cómo valorar algunos temas», subrayó.
Las instantáneas reflejan una visión panorámica sobre la vida campesina y reúne imágenes con un marcado carácter documental que muestran una parcela de la realidad rural actual.