Frecuentemente, cuando se refiere al ambiente, se menciona incorrectamente la frase “Medio Ambiente”. Esto ocurre en casi todos los países de habla hispana y es producto de la inapropiada traducción que desde un inicio, se realizó a la palabra inglesa “Environment”, cuya traducción dada, fue la señalada previamente.
No es solo cuestión de semántica (estudio del significado o accidentes del significado), es importante la correcta utilización de los términos en el idioma paterno, aun cuando este sea producto de la traducción de otra lengua. El idioma de los países hispanoparlantes es el “Castellano” y así aparece señalado como idioma oficial en la constitución de algunos de ellos y en otros se considera idioma oficial; no obstante, parece aceptado el término “español” traducción literal de la palabra inglesa “Spanish”, cuando se refiere al idioma; por el contrario, “Castellano” no tiene traducción al idioma Inglés. Del inglés, los castellanos hemos aceptado algunos términos, por ejemplo: hotel, garaje, restaurant, entre otras y en la actualidad, las usadas en informática. Muchas otras palabras han tenido la traducción acorde; sin embargo, algunas otras, se les ha dado una traducción que no corresponde a los términos originales, ocurre con frecuencia en los nombres de las películas cinematográficas y en título de obras literarias. Ahora bien, aun cuando el inglés está siendo considerado idioma universal y la segunda lengua más hablada en la mayoría de los países del mundo, no puede servir para acuñar términos literales sobre otros idiomas. Además de “environment”, en inglés, también existe el término “ambient”, cuya traducción al Castellano está clara.
Se lee a menudo en numerosos avisos: “Cuidemos el medio ambiente”. Jocosamente he señalado: ¿Medio ambiente? ¿Dónde está el otro medio? ¿Acaso está destruido y ahora debemos preocuparnos por levantar la voz de alerta para cuidar el medio que queda?; por supuesto, no se refiere al medio como la mitad de algo. Cuando se dice “medio” se refiere al “conjunto de circunstancias o condiciones exteriores a un ser vivo que influyen en su desarrollo y en sus actividades” y “ambiente” es lo “que rodea algo o a alguien como elemento de su entorno” (RAE, 2019). De acuerdo a estas definiciones, el ambiente contiene el medio que sirve de sustrato para que determinado ser vivo se desarrolle, por lo que, es una redundancia decir “medioambiente” cuando se refiere a todo el espacio físico que rodea al “ser vivo”, debido a que se supone que para que este organismo “esté vivo”, requiere de un sustrato (medio) con condiciones favorables para la supervivencia. Como medio, se define cada uno de los elementos macros del ambiente de manera separada, estos son: suelo, agua, aire, los cuales generalmente están siempre en conjunto entre sí y con otros elementos, por lo que, entonces, conforman el AMBIENTE. Finalmente, es absurdo y un contrasentido, afirmar que el AMBIENTE solamente lo constituyen los componentes naturales. El AMBIENTE es la conjugación de elementos biológicos, químicos, físicos y socioculturales, que interactúan sobre cada organismo definiendo su vida. Vale decir que es un todo integrado, cuyos elementos se combinan interdependientemente.
En la aceptación de esta frase, el hombre se consideró ajeno o exterior al ambiente, cuando en realidad forma parte del mismo. El «medioambiente» no existe, su uso es una desviación idiomática que genera confusión y representa un “error gramatical e incongruente que conlleva a una deficiencia de contenido”, es una redundancia y ha tenido carácter mediatizado que desvirtúa la correcta conceptualización de “ambiente”. Cuando se combina el vocablo «medio ambiente» con las palabras requeridas para fijar ciertas definiciones, sólo se elaboran frases gramaticalmente vacías e impropias, que no hacen conjugación correcta, son ambiguas y no definen nada; por ejemplo: educación medioambiental, desarrollo medioambiental, impacto medioambiental, programación medioambiental, problema medioambiental, entre muchas otras (Moya, mimeo, S/F).
Diversos organismos como: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Institute for European Environmental Policy (IEEP), así como, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente y Desarrollo (CNUMAD), tienen el término en sus nombres y como tal, es aceptado; también, muchos gobiernos hispanoparlantes, tienen entes u organismos con funciones referidas al ambiente, con nombres en los cuales utilizan la palabra “medio ambiente” (Ministerio del Medio Ambiente”, Dirección Medio ambiental”, entre otros), cuyas denominaciones o siglas de las instituciones no pueden decidir la evolución idiomática y corresponde a explicaciones débiles. La Real Academia Española de la Lengua, igualmente tiene este término en el diccionario cuya acepción es: “conjunto de circunstancias exteriores a un ser vivo”; sin embargo, aun cuando así sea, no significa otra cosa que la aceptación de un error idiomático. Probablemente, la aceptación de este término por tan distinguido foro no consideró los términos biológicos aceptados con mucha anterioridad y se dejó llevar por la innovadora palabra inglesa y la traducción dada.
Es importante, que los países empiecen a corregir este accidente idiomático, actualizando textos, instituciones, centros educativos, organizaciones, leyes, etc. Así la tarea sucesiva no es tan difícil, pero hay que seguir profundizando acciones y enfrentando posiciones, porque tal como se mencionó previamente, ESTO NO ES SOLAMENTE UN ASUNTO DE SEMÁNTICA, ES UN PROBLEMA DE CONTENIDO.
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