La noticia vino desde India hace algunos días. Miles de personas contagiadas con Covid-19 que se encontraban en tratamiento y recuperación estaban siendo mortalmente afectadas por el mal llamado “hongo negro”. Durante esta semana la prensa ha informado de casos en Uruguay y hace un par de días en nuestro país.
La enfermedad en cuestión se llama mucormicosis, dice el académico de la Universidad Austral de Chile. Y enfatiza: “No se le puede llamar a los agentes de este cuadro clínico ‘hongo negro’, ya que no se pueden clasificar de esa manera. Dentro de los agentes de mucormicosis tenemos a los siguientes géneros: Rhizopus, más frecuente en Chile, Mucor, Lichtheimia, Apophysomyces, más frecuente en Estados Unidos, Cunninghamella, más frecuente en Europa, y el más virulento, Saksenaea, más frecuente en Asia, entre otros. Estos hongos son ancestrales, menos evolucionados porque tienen un micelio cenocítico y han estado en todo el mundo desde antes que nosotros. Son oportunistas, es decir, requieren de una oportunidad para llegar a producir un cuadro clínico, a atacar a un individuo”.
Y agrega que, en general, de toda la diversidad de hongos que encontramos en nuestro planeta, unos 5,1 millones de especies, solamente una docena son considerados como verdaderamente patógenos, es decir, que pueden causar enfermedad en individuos inmunocompetentes.
Por ello, indica, los más afectados con mucormicosis son pacientes inmunosuprimidos, oncológicos y diabéticos descompensados. “Se ha visto que en los pacientes Covid-19 se utilizan terapias con corticoides, que disminuyen la respuesta inmune celular. La gran mayoría de los pacientes de India son pacientes diabéticos. Además, los agentes de mucormicosis resisten temperaturas elevadas de hasta 45 grados Celsius, por eso que estos hongos pueden crecer y resistir a nuestra temperatura corporal de 37°C, la endotermia es una de nuestras principales barreras para evitar las infecciones fúngicas. Por ello, con las elevadas temperaturas de la India, las malas condiciones sanitarias existentes, la situación descontrolada de la pandemia en ese país, se generan las condiciones ideales (tormenta perfecta) para que se produzca este cuadro clínico en dicho país”.
Por eso, la mucormicosis se transmite por vía área, cuenta el Dr. Godoy. “Dado que estos hongos producen una gran cantidad de esporas que al ser inhaladas se instalan en los senos paranasales y desde aquí avanzan por el tejido subcutáneo y los vasos sanguíneos, infartando el tejido y provocando necrosis, hasta llegar al sistema nervioso central, por eso también se han visto las lesiones oculares. También pueden producir lesiones pulmonares muy similares a las producidas por la tuberculosis. El género Cunninghamella produce más lesiones pulmonares que las otras especies. En general, el principal cuadro clínico observado es la forma rinocerebral. La evolución de estos cuadros clínicos es rápida, por eso el diagnóstico laboratorial debe ser rápido para un terapia antifúngica adecuada y precoz”.
¿Dónde más encontramos estos hongos?
“Estos hongos ubicuos los encontramos en todos los países, en todas partes. En el aire, en la tierra, en sustratos orgánicos. Por ejemplo, si dejamos una comida en una bolsa o vegetales en una bolsa en el refrigerador por mucho tiempo. O las hojas del otoño, cuando se pudren, podemos observar una especie de algodón gris, unos pelos largos. Esos son los agentes de mucormicosis. Han estado siempre y son importantes biodegradadores de la naturaleza”, señala el profesional.
Asimismo, afirma, este hongo solo podría atacar a una persona sana cuando se inocula directamente al tejido subcutáneo. Por ejemplo, al enterrarse una astilla, en un accidente en moto, en una caída en patines, etc., si no se limpia y desinfecta la herida de manera adecuada y rápida. “En general, ante las infecciones fúngicas, nuestro cuerpo se defiende de ellas a través del sistema inmune y principalmente de las células encargadas de las primeras líneas de defensa que son los glóbulos blancos, que se comen a estas esporas. Y, para que un hongo produzca una infección, primero tiene que resistir nuestra temperatura corporal de 37° Celsius, resistir a nuestro sistema inmune y tener la maquinaria enzimática adecuada para poder alimentarse y diseminarse dentro del cuerpo humano”.
Diagnóstico
“El diagnóstico de mucormicosis es importante que se haga a tiempo”, destaca el académico. Y en Chile, su análisis solo se enseña en tres universidades, siendo una de ellas la Universidad Austral de Chile. “No todas las universidades enseñan micología y el personal está perdido. Solo tres universidades en todo Chile enseñan diagnóstico, lo que es un gran problema”.
“Los Tecnólogos Médicos realizan el diagnóstico realizando un examen microscópico directo del tejido, secreciones o biopsias, donde se observará el típico micelio cenocítico, es decir, hifas no tabicadas. Este resultado debe ser informado de manera rápida al clínico. Una buena tinción para observar sus estructuras en las biopsias es la tinción de PAS, el cultivo se debe realizar en medios ricos en glucosa, un caldo glucosado, un agar Sabouraud con 4% de dextrosa por eso que estos hongos atacan a pacientes diabéticos. Les gusta el azúcar. Si trabajamos una biopsia, esta debe ser lavada con una solución antibiótica, cortada con un bisturí, jamás macerar la biopsia porque se romperán las hifas del hongo, estructuras necesarias para su desarrollo en los medios de cultivo. Estos hongos presentan una colonia con un micelio abundante como algodón y de un color gris, producen diferentes estructuras de fructificación que nos permiten su identificación hasta el nivel de especie, en general en cuanto a su perfil de susceptibilidad son susceptibles al polieno anfotericina B”, complementa.