Fueron 31 niños de cuarto básico de la escuela el Bosque de Valdivia quienes realizaron una visita a la Reserva Costera Valdiviana ubicada en la localidad de Chaihuín en el marco del proyecto Explora “Aprendiendo a valorizar la biodiversidad a partir del paisaje acústico y sus implicancias para la vida cotidiana”, desarrollado por académicos de la Universidad Austral de Chile.
Con el objeto de estimular y otorgarle la valorización correspondiente a la biodiversidad por medio de los sonidos, los alumnos de enseñanza básica aprendieron en terreno y tras la actividad se mostraron muy contentos y satisfechos con la experiencia.
Durante la actividad encabezada por el director alterno del proyecto Dr. Mauricio Soto (académico de la Facultad de Ciencias UACh), los niños y niñas realizaron una serie de visitas a distintos sectores de la reserva donde pudieron apreciar los más variados sonidos que conforman el paisaje natural de la zona costera. El ejercicio en sí consistió en un momento de silencio (10 minutos aproximadamente) para escuchar detenidamente todos los sonidos posibles. Luego de esto, quien los dirigía consultaba en voz alta cuáles fueron los sonidos que más se percibieron, entre los cuales los más nombrados fueron el canto de ciertas aves, el agua que descendiendo por un estero, entre otros.
Una vez finalizado el ejercicio dedicaron parte de su tiempo para compartir y realizar dibujos alusivos además de escribir algún cuento o poema de acuerdo a lo experimentado en las dependencias de la reserva privada forestal de la fundación The Nature Conservancy.
Andrés Silva, quien forma parte del equipo de este proyecto Explora, señaló que gracias a esta salida a terreno y la realización de actividades al aire libre la iniciativa tuvo buenos resultados, ello debido a que la mayor parte del tiempo están habituados a escuchar sonidos de la calle, en su mayoría bocinas y ruidos molestos. “El momento cúlmine del paseo fue cuando los niños desarrollaron guías de trabajo en el marco del taller de cuento y poemas logrando conectarse con sus sensaciones y emociones. Fue una actividad muy especial para ellos, lograron describir cómo se conectaron con los sonidos de acuerdo al paisaje que más les gustó conocer en la reserva”, dijo.
Con respecto a los objetivos propuestos el director alterno del proyecto Explora-Conicyt, Dr. Mauricio Soto, se mostró muy satisfecho con esta salida a terreno. “En estos casi 9 meses de trabajo con estos chicos hemos notado un cambio que, más allá del proyecto, tiene que ver con su maduración y la capacidad de trabajo. Tener a niños de esa edad (muchos de ellos con problemas de concentración) alrededor de 10 minutos tranquilos logrando que escuchen los sonidos, es sencillamente notable” comentó.
“Por ahora sólo nos queda reunir el material con la información obtenida en cada uno de los terrenos, hacer la correspondiente evaluación del contenido para así verificar si efectivamente hay una evolución de ésta con respecto al paisaje acústico”, indicó.
Actualmente el proyecto -dirigido por los académicos investigadores Wara Marcelo y Mauricio Soto del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la, Facultad de Ciencias, UACh – se encuentra en su última fase de desarrollo la cual busca introducir en el medio a distintos grupos de enseñanza básica para que sean capaces de reconocer el paisaje acústico que los rodea, las sensaciones y emociones que produce cada una de los mensajes auditivos provenientes de un paisaje acústico determinado.
Los niños
Jennifer Martínez: “Aprendí que donde estemos, en cualquier parte del mundo, siempre podremos conocer diferentes sonidos de la naturaleza”
Cristopher Manquemilla: “Lo que más me gustó fue ver el agua del estero y escuchar los pajaritos como el Fío Fío. Aprendí que nos los animalitos hacen sonidos y que podemos contactarnos con ellos”
Sebastián Benavides: “Me gustó mucho venir. Lo qué más me gustó fue ver las ranitas que se ‘hablaban’ entre ellas. Me gustaría venir con mis amigos y mi familia”.
Juan Pablo Soto: “Fue entretenido cruzar en barcaza y después venir hasta acá a escuchar el mar y los pajaritos”.
Martín Benítez: “Me gustó venir al paseo porque así aprendimos más sobre los sonidos, existen mucho en la naturaleza. Además nos dejaron tomar agua de vertiente que no tiene cloro”.
Tamara Rivera: “Fue muy lindo venir al paseo y conocer sonidos que en Valdivia no podemos escuchar como los de pajaritos. En la ciudad hay más autos entonces cuesta mucho escucharlos”.
María Elena Silva: “Fue lindo escuchar el pajarito Fío Fío y venir hasta acá en barco. Los sonidos acá son distintos, aquí nunca vas a escuchar el ruido de los autos”.