El cambio se produce en el contexto de transformaciones en la sociedad chilena y global, y obedece también al camino que han abierto otras mujeres en la institución.
Temporada de otoño e invierno de 2018 y la Universidad Austral de Chile era sede de las primeras manifestaciones que pronto desencadenarían la llamada ola feminista, un movimiento que si bien surgió en el campo de las instituciones de educación superior y que tenía como telón de fondo expresiones similares en países como Estados Unidos, no tardó en extenderse a diversos sectores de la sociedad, que empatizaron con las demandas por mayor igualdad de condiciones entre hombres y mujeres y contra la discriminación y abusos.
Se trató de un conjunto de expresiones que –por entonces– la socióloga María Emilia Tijoux calificó como “el movimiento feminista más grande de la historia de Chile”, algo en lo que pareciera coincidir su colega Teresa Valdés, quien afirmó que se trataba de “la tercera ola feminista”.
Desde entonces, son muchas las instituciones que discutieron, diseñaron y pusieron en funcionamiento políticas y protocolos para prevenir abusos y generar mayores condiciones de equidad entre hombres y mujeres. Entre esas instituciones, la UACh ya era pionera al haber establecido tempranamente –en 2015– el Comité Paritario de Género y Diversidad (actual Comité Triestamental de Género y Diversidad) y haber aprobado una novedosa política de prevención y sanción del acoso en la comunidad universitaria.
Lo anterior tuvo un nuevo hito, en 2022, cuando tras dos años de trabajo la Universidad puso en marcha una nueva Política de Igualdad de Género, Diversidades y Disidencias Sexuales, uno de cuyos ejes estratégicos se centra en la participación, el reconocimiento y la representatividad.
De esta manera –y considerando que en paralelo las expresiones de la sociedad por mayor equidad de género han continuado durante los últimos años–, no es de extrañarse el ascenso en el número de mujeres que actualmente ejercen importantes cargos de dirección y gestión tanto en el Estado como en las empresas y otro tipo de organizaciones, entre ellas las de educación superior. En este ámbito, cabe señalar que en el CRUCH hoy son ya cinco las mujeres que integran ese organismo, en circunstancias que hace algunos años eran únicamente hombres, cambiando oficialmente su nombre a Consejo de Rectoras y Rectores de las Universidades Chilenas.
En la Universidad Austral de Chile, por otra parte, hoy son cuatro las mujeres que ejercen como Decana de sus respectivas facultades, cargo al que llegaron tras ser elegidas por sus pares para liderar estas comunidades académicas al interior de la casa de estudios, y que las hace merecedoras de un escaño en el Consejo Académico de la institución, uno de los cuerpos colegiados superiores en que se discuten y definen importantes materias de gestión y dirección.
Se trata de la Dra. Leyla Cárdenas, quien ejerce como Decana hace alrededor de dos años; y a quienes se sumaron luego las Dras. Daniela Accatino y, recientemente, Karen Alfaro y Pamela Ehrenfeld. Su llegada al Consejo Académico equilibra la composición de este órgano en términos de género, pues previo a esto el cargo de Decano lo estaban ejerciendo únicamente hombres. A ellas se suma también la Vicerrectora Académica, integrante de la administración central, y las consejeras académicas y representante estudiantil de pregrado, que fueron elegidas por sus pares.
Un camino que ayudaron a pavimentar otras mujeres que en el pasado fueron elegidas como decanas y, más recientemente, académicas como la Dra. Ilona Concha, la Dra. Carola Otth (fallecida en enero de 2021) y la Prof. Sandra Bucarey, que han ejercido como Prorrectora de la casa de estudios en el último tiempo. También es notable la presencia de mujeres en espacios de liderazgo en las distintas asociaciones gremiales, tanto laborales como estudiantiles.
Nuevas decanas y su visión del avance de las mujeres en la alta gestión universitaria
Para la Dra. Leyla Cárdenas Tavie, quien a mediados de 2020 se convirtió en la primera Decana en la historia de la Facultad de Ciencias, ésta es una nueva etapa en la Universidad y se manifiesta “feliz de ser parte de este cambio”.
De acuerdo con sus palabras, cada una de las decanas “tiene una historia que revela el difícil camino a ser considerada y validada por nuestras y nuestras pares como personas capaces de llevar adelante los sueños de nuestra Universidad y los desafíos de nuestras macrounidades”.
En la Facultad de Filosofía y Humanidades, la Dra. Karen Alfaro Monsalve -segunda mujer en dirigir esa macrounidad- plantea que el aumento en el número de mujeres ejerciendo en gobernanza universitaria “es una señal de gran relevancia” que permite “nuevas formas de comprender la política universitaria, levantando agendas que apunten a la disminución de las brechas de género, de igualdad y de democratización”.
Otra mujer que está haciendo historia es la Dra. Pamela Ehrenfeld Slater, que se convirtió en la primera mujer en ser elegida Decana de la Facultad de Medicina y –al mismo tiempo– la primera persona en liderar esa macrounidad sin ser médico cirujano de formación.
Para ella, si bien se trata de una evolución importante, asegura que “aún debemos avanzar en que esto al menos se equipare y que se proyecte también a nivel no solo de macrounidades”, expandiéndose a otras instancias superiores del gobierno universitario. Por otra parte, considera que se requiere “del compromiso y voluntad de asumir estos liderazgos por parte de nuestro género”, un claro impulso a las mujeres a ser parte de este cambio.
A su vez, la Dra. Daniela Accatino Scagliotti es la tercera mujer en ejercer el cargo de Decana en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. En Radio UACh, planteó hace un tiempo que aún existe una brecha de género en distintos ámbitos.
“El techo de cristal, el acceso a cargos directivos sigue siendo un tema relevante para las mujeres”, aseguró, agregando que “romper esa brecha es posible” y “está en sintonía con discusiones que han estado muy presentes en el espacio público”.
En ese sentido, la Dra. Karen Alfaro que “hoy somos una voz más fuerte en el Consejo Académico y esperamos que las mujeres puedan ocupar, en el corto plazo, diversos espacios en el gobierno universitario. Tenemos la responsabilidad de impulsar los cambios institucionales que nos permitan hacer de nuestra institución un espacio de igualdad de oportunidades y de desarrollo para todas las personas que integran la comunidad universitaria”.
Y la Dra. Leyla Cárdenas, por su parte, apunta que en momentos complejos como el actual “se requieren diferentes y nuevas miradas de lo que es la Universidad y de cómo debemos relacionarnos con la comunidad”.