* Equipamiento también permitirá avances en otras áreas médicas, como por ejemplo, en estudios del cáncer.
Asociado a un proyecto del Fondo para Innovación y Competitividad del Gobierno Regional de Los Ríos, el Laboratorio de Biología Celular Estructural, dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile, ha tenido la oportunidad de mejorar la calidad e infraestructura de su espacio, y con ello aumentar la producción de la proteína o reactivo que permite el diagnóstico del virus hanta en nuestra región.
Este resultado, uno de los previstos en el desarrollo del proyecto “Referentes en vigilancia activa de Hantavirus Andes y Seoul en roedores de la Región de los Ríos” constituye uno de los avances más relevantes en materia de investigación del virus en la zona, principalmente porque permite fortalecer el diagnóstico de forma inmediata y, con ello, realizar estudios en los reservorios del virus (ratón colilargo) y también respecto del comportamiento del virus en humanos.
«La ejecución del proyecto hizo posible el reemplazo de un equipo muy costoso, sin el cual el procedimiento de elaboración de proteínas de alta pureza hubiera sido mucho más lento y quizás nulo», señaló el Dr. Gonzalo Mardones, Bioquímico y Doctor en Ciencias Biológicas que lidera el laboratorio de producción de proteínas. «Lo novedoso acá -indica- es que se cuenta con la posibilidad de generar proteínas en grandes cantidades, lo que es producto de un know how de nuestro equipo de profesionales».
La elaboración de proteínas de hantavirus no es nueva. De hecho el Laboratorio de Biología Celular Estructural viene produciéndola desde el año 2012, pero en bajas cantidades y en colaboración con investigadores de Santiago.
Aporte fundamental
Con la idea de estudiar hantavirus, controlarlo y tener un diagnóstico oportuno, el esfuerzo del laboratorio se orientó a tener la tecnología adecuada para una producción suficiente, “nuestra idea es ofrecer el servicio de producción de proteína, para dar solución a requerimientos de diagnóstico, salud y actividades productivas regionales”, señala el Dr. Mardones. El aporte que se hace al proyecto FIC es fundamental porque permite diagnosticar el virus a bajo costo y así generar mapas de zonas infectadas. «Esta información es muy necesaria en la toma de decisiones de todo tipo para el uso de recursos públicos y privados; desde la decisión de inversiones turísticas, inversiones viales (posible permanencia de trabajadores en zonas infectadas, turistas en riesgo de contagio), campañas de prevención localizadas y la distribución de recursos médicos en zonas de riesgo, entre otras», agrega el investigador.
«En nuestro país, las infecciones por hantavirus corresponden a zoonosis de gran importancia en salud pública por la alta letalidad asociada cercana al 50%. Su sintomatología es bastante parecida a la de la influenza, por tanto, las personas tienden a automedicarse», indica la Dra. Carola Otth, investigadora a cargo del proyecto FIC R. De hecho la recomendación que siempre se da, es que si hay síntomas y se ha estado expuesto a ambientes cerrados, generalmente en sectores rurales, y se presume que ha habido un reservorio, es decir, un ratón colilargo, se acuda inmediatamente a un centro asistencial. En el caso que hubiera sospecha, el primer paso es someter a la persona a exámenes específicos para determinar la presencia del virus.
«El examen de diagnóstico consiste en aplicar el reactivo o proteína a una muestra de suero de sangre de la persona presumiblemente expuesta. Este reactivo es el producido en el laboratorio de la UACh. El producto detecta la presencia del anticuerpo en la sangre y, si éste existe, quiere decir que la persona estuvo expuesta al virus. El anticuerpo es generado por la persona para defenderse del ataque de un virus y su reacción se produce frente a la presencia del patógeno», indica la Dra. Otth.
Antes para diagnosticar el hantavirus había que adquirir el reactivo en el extranjero, ya sea en Estados Unidos como en Argentina.
Lo que llama la atención en este estudio es que si hay presencia de anticuerpos anti-hantavirus en la sangre, esto puede darse por personas que se infectaron con hantavirus sin saberlo, individuos que presentaron síntomas leves o menos severos para acudir a un centro asistencial. «Determinar la seroprevalencia del hantavirus en poblaciones humanas rurales y urbanas y hacer estudios para determinar la historia del contacto al virus por parte de la población no diagnosticada también es fundamental”, expresa el Dr. Mardones.
De acuerdo a lo señalado por el profesional, estos estudios se han realizado pero han sido esporádicos. El bajo costo de esta proteína permitiría realizar estudios más frecuentes en el tiempo y en zonas más amplias, abarcando todo el territorio nacional. Así se evaluaría si existen poblaciones más expuestas y/o vulnerables a la infección, permitiendo, por ejemplo, elaborar planes de prevención más racionales.
El Dr. Gonzalo Mardones destacó que junto a la producción de la proteína que permite el diagnóstico de hantavirus, el laboratorio que dirige está haciendo investigación en temas relacionados con cáncer, ya que la infraestructura permite producir todo tipo de proteínas recombinantes. “Uno de los objetivos de la investigación que realizamos es determinar la estructura atómica de proteínas utilizando cristalografía de rayos-x. La información que obtenemos tiene el potencial para el desarrollo de fármacos, no sólo para beneficio de la salud humana, sino también para combatir enfermedades de animales y especies vegetales”. El Dr. Mardones puntualizó que gracias a la cooperación del Gobierno de USA, el aporte de nuestra Universidad y otras entidades públicas y privadas, se acaba de implementar en Valdivia el primer laboratorio de este tipo en nuestro país.