Con el objetivo de comprender una práctica que históricamente ha articulado la vida social en cabo de Hornos, los investigadores Gustavo Blanco y Macarena Libuy, del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Centro IDEAL) de la Universidad Austral de Chile, publicaron recientemente en la Revista Chilena de Antropología el estudio “A bordo de pangas, chatas y chalupas: Navegaciones que recrean cabo de Hornos”.
El estudio, basado en un trabajo de campo etnográfico, complementado con entrevistas a distancia y revisión documental, busca relevar los modos de navegación desde una perspectiva ecológica socio-material que permita recrear la vida social de cabo de Hornos y algunas de las transformaciones que se han producido tras la introducción de la industria centollera desde la década de 1970 hasta la actualidad.
En este sentido, ambos investigadores destacan que ver la navegación como práctica histórica en la zona es una pieza clave en la comprensión de cómo a partir de la misma se constituye el entramado social, entendiendo que es un elemento identitario de los yaganes que habitaron en el pasado y que continúan viviendo en cabo de Hornos.
“Para este estudio en particular nos propusimos conocer los modos de navegación existentes en cabo de Hornos y algunas de sus transformaciones relacionadas a la introducción de la industria centollera, desde la década de 1970 hasta la actualidad. El mirar las formas de navegación hacia el pasado nos permite conocer los procesos de cambio que han experimentado las comunidades australes y comprender algunos aspectos del presente”, explica Macarena Libuy.
“La navegación como temática de estudio nos interesa al ser una práctica que históricamente ha articulado la vida social en cabo de Hornos, siendo central para los distintos grupos humanos que han transitado y habitado este archipiélago, pues en su devenir ha ido conectándolos con el entorno natural, definiendo sus actividades productivas, relaciones sociales, identidades culturales, etc. Para las poblaciones actuales, especialmente para los yaganes de cabo de Hornos, reconocer y revitalizar su pasado como pueblo canoero y recuperar la navegación como práctica ancestral es una de sus principales reivindicaciones hoy”, agrega Gustavo Blanco.
Abordar el pasado para comprender el presente
Desde las disciplinas de la arqueología y la etnohistoria, los yaganes —primeros grupos humanos que habitaron la zona— desarrollaron sistemas complejos y especializados para desenvolverse y adaptarse a condiciones climáticas difíciles de afrontar. Rodeados de canales, fiordos e islas en las que fueron excelentes pescadores, además de cazadores y recolectores de distintos recursos, principalmente marinos.
Por las características geográficas y el tipo de fauna presente en este archipiélago, la actividad pesquera ha seguido siendo fundamental, aunque ha experimentado una serie de cambios en su historia, en cuanto a las especies extraídas, escalas de explotación y mercados, entre otros factores.
En este sentido, los investigadores destacan que el estudio permitió dar cuenta de variados procesos de transformación sobre los modos de navegación —y por tanto sobre la vida social en general— que han ocurrido tras la introducción de la industria centollera y en paralelo a otros procesos y agentes de cambio socioambiental.
“Podemos afirmar que si bien en un pasado reciente las actividades de pesca y recolección eran gestionadas por la población local y basada en la captura de una diversidad de recursos, hoy se concentra en la extracción intensiva de centolla y centollón para exportación, que si bien genera recursos monetarios importantes para quienes la ejercen, produce dependencia sobre un recurso, con los riesgos que ello implica en términos de sustentabilidad”, asegura Macarena Libuy.
“Problematizar estas transformaciones y relevar la importancia que tienen para la población local permite reevaluar los efectos de ciertos procesos modernizadores (como lo es la inserción de actividades extractivas, entre otros) en los territorios y maritorios, y repensar o re-crear posibilidades, rastreando en la historia y en las experiencias de vida, respecto de formas de navegar y habitar que sean sostenibles socioambientalmente y sentidas por su población local”, concluye Gustavo Blanco.
Para revisar el estudio completo, puedes acceder a la Revista Chilena de Antropología haciendo click en este enlace.