En los sistemas pastoriles del sur de Chile (regiones de la Araucanía, los Ríos y los Lagos) se produce el 87% del total nacional de leche recepcionada por la industria. Estos sistemas se caracterizan por tener principalmente una distribución de partos bi-estacional, es decir, durante otoño y primavera; y basar sus sistemas de alimentación en la utilización de praderas permanentes. Éstas, al igual que praderas de regiones templado-húmedas, se caracterizan por presentar una distribución irregular en la producción de forraje; lo que resulta en altas tasas de crecimiento durante otoño y primavera, mientras que en invierno y verano se observan menores tasas de crecimiento y una menor disponibilidad de pradera.
Por lo tanto, el patrón de crecimiento de las praderas asociado a los sistemas de parto bi-estacionales, resultan en la necesidad de utilizar cantidades significativas de suplementos alimenticios, especialmente concentrados y cultivos forrajeros, durante invierno y verano para asegurar niveles adecuados de consumo de materia seca y producción de leche.
Las brásicas forrajeras son cultivos suplementarios utilizados durante períodos de escasez de forraje, es decir, durante invierno y verano. Se caracterizan por alcanzar elevados rendimientos de materia seca, una alta digestibilidad (85-90%), con valores de energía metabolizable entre 2.8 – 3.1 Mcal/kg MS y proteína cruda entre 12 a 20%. Entre las brásicas de utilización invernal destacan la col forrajera y la rutabaga, mientras para utilización de verano es común el uso de nabo y raps forrajero. Sin embargo, existe una alta variación para el contenido de nutrientes entre especies, cultivares, temporadas y localidades. Los mayores contenidos energéticos se observan usualmente en nabos y rutabagas, siendo menores en col y raps forrajero (3.0 v/s 2.8 Mcal/kg MS), mientras que el contenido proteico es mayor en estas últimas (16 – 18% PC, BMS) que en nabo y rutabaga (11-14% PC). No obstante, es frecuente observar bajas respuestas productivas a la utilización de brásicas forrajeras, en relación a lo esperado según su concentración de nutrientes.
Estas diferencias en la respuesta productiva de los animales, pueden explicarse en que ésta depende de la cantidad de nutrientes disponibles en el tracto digestivo, lo que va a estar afectado por la cantidad de alimento consumido, su contenido de nutrientes y los procesos de fermentación ruminal; lo que hace necesario realizar evaluaciones complementarias al contenido de nutrientes como la digestibilidad ruminal y productos de la fermentación ruminal y así poder determinar el real valor nutritivo de un alimento para rumiantes.
Existen pocos estudios que evalúen el metabolismo ruminal de bovinos alimentados con brásicas forrajeras, ya sea en comparación a otros cultivos suplementarios o como alternativa a la suplementación con concentrados. Las evaluaciones de metabolismo a nivel ruminal (i.e. concentración de ácidos grasos volátiles ‘AGV’, digestibilidad o síntesis de proteína microbiana, entre otros), que permitirían optimizar la alimentación de vacas lecheras que consumen brásicas forrajeras en épocas de baja disponibilidad de pradera.
Investigadores de los Institutos de Producción Animal y Ciencia Animal de la Universidad Austral de Chile, se encuentran estudiando la fermentación ruminal de brásicas forrajeras a partir de metodologías in vitro e in situ, ya que técnicas in vivo son poco practicables para la evaluación rutinaria de un alto número de muestras debido al tiempo que se requiere y a su elevado costo. La técnica de Producción de Gas in vitro permite determinar cinética fermentativa; degradabilidad de MS, proteína y fibra; concentración de AGV; y síntesis de proteína microbiana. Por otro lado, la metodología in situ permitirá determinar parámetros como tasa de degradación, fracción soluble, fracción insoluble degradable, no degradable en el rumen, degradabilidad potencial y efectiva, resultados que podrán ser utilizados en modelos de formulación de raciones y evaluación de alimentos para estimar el valor nutritivo de los alimentos y el suministro de nutrientes a los animales.
En este estudio se está evaluando el efecto de la especie (nabo y raps forrajero) y variedades (90 días de precocidad) de cada una de éstas sobre la fermentación ruminal in vitro. Resultados preliminares muestran que el raps forrajero posee un mayor potencial de fermentación que el nabo, sin encontrarse diferencias entre las variedades. No obstante, el nabo forrajero ha demostrado una mayor velocidad de degradación, lo cual resulta en entrega de mayor energía de rápida disponibilidad a nivel ruminal, mientras que no se lograron identificar diferencias entre las variedades estudiadas.
Entre las evaluaciones que aún restan por ser realizadas, y son pioneras en el país, se encuentran la determinación de los productos de la fermentación ruminal, como son los ácidos grasos volátiles (acetato, propionato y butirato); además de la dinámica de degradación de las fracciones proteicas tanto de brásicas de verano como de invierno.
Texto publicado en la Revista Agrícola de Agosto de 2015