Todavía no está el detalle del nuevo presupuesto de la nación, sin embargo, para el 2019 ascenderá a US$73.470 millones, incorporándose un alza de 3,2% en relación con este año, siendo la menor alza desde el 2011; El año pasado el gasto creció un 3,9%. El foco estará centrado en seguridad ciudadana, la creación de empleos, mejores salarios, calidad sanitaria y educación. Se dijo que «el Presupuesto busca recuperar la salud de nuestras cuentas públicas, reduciendo el déficit fiscal y congelando el crecimiento de la deuda pública como porcentaje de nuestro PIB». Todo esto, sin considerar que las “Presiones de Gasto 2018-2021”; Aquellos que, con alta probabilidad de materializarse, no están contemplados en el presupuesto vigente ni en el programa financiero, ascienden a US$ 5.566 millones.
Revisión de nuestros números.
La deuda pública chilena, el año 1991, ascendía a US$13.170 millones, correspondiendo al 37,9% del PIB; el 2001 era de US$9.929 millones (Un 14,5% del PIB). El 2011 fue de US$25.928 millones que correspondía al 11,1% del PIB. A marzo de 2018, ascendía a US$71.194 millones siendo un 23,5% del PIB. Al observar estos datos, vemos la evolución ascendente de la deuda, sin embargo, también a crecido nuestro PIB, pasando de US$63.000 millones en el 2.000 a sobre los US$300.000 este año (Se supone que pasaremos la barrera de los 300…). Esto sin contar que Chile tiene una deuda externa que totaliza US$177.831 millones a junio, lo que equivale a 61,8% del PIB.
Desde el 2001 nuestra política fiscal se guía por una regla basada en un balance cíclicamente ajustado (BCA), más conocida como regla de balance estructural del Gobierno Central. Se pone el foco de la situación del Fisco en una figura de mediano plazo, en vez de coyuntural (balance efectivo). el Balance Estructural para los años 2015 y 2016 ascienden a déficits de -2,2% del PIB, y a -1,7% del PIB para el año 2017. Como nota aparte, los gobiernos de América Latina y el Caribe tienen pérdidas por 220.000 millones de dólares anuales debido a cometidos ineficientes, esto corresponde al 4,4 % del PIB, (Banco Interamericano de Desarrollo BID).
Así, se agradece un presupuesto que no nos siga ahogando y tenga buenas asignaciones y nos permita mirar el futuro con mesura y pueda ayudar a subir nuestra clasificación de riesgo, aunque sea a mediano plazo, donde las agencias nos han rebajado la nota crediticia, dos el año pasado y la tercera hace unos meses.
También, ojalá que los dineros sean bien administrados.
Otros medios donde se publicó esta opinión: